miércoles, 22 de junio de 2011

La apreciación del yuan despierta pocas simpatías


Foto from qmunty.com

Hace ya un año que finalizó la paridad yuan-dólar. ¿Qué se ha conseguido desde entonces? Empecemos con las noticias positivas.
La moneda china ha registrado un nuevo récord al alcanzar los 6. 469 yuanes por un dólar, una subida del 5.5%. Si tenemos en cuenta la subida de la inflación en China, el verdadero impacto sobre la competitividad de las exportaciones chinas ha sido más acusado.
Eso ha abierto la posibilidad para que otras divisas asiáticas recuperen terreno frente al dólar. El dólar del Singapur, el won coreano y el dólar taiwanés han experimentado importantes subidas en el último año. Ahora las malas noticias. La subida del yuan no ha servido para deteriorar la competitividad de las exportaciones chinas.
Según datos de la Oficina de Estadísticas del Empleo de EEUU, en mayo, el precio de las importaciones estadounidenses de China aumentó sólo un 2,8% en términos interanuales. Aunque la cifra es superior a la de años anteriores, sólo una fracción de la revalorización del yuan se traduce en un aumento de los precios. El excedente comercial de China con EEUU fue en los primeros cuatro meses de 2011 superior al mismo periodo de 2010.
La cruda realidad para los fabricantes estadounidenses es que las mejoras en la productividad de las empresas chinas, y su disposición a aceptar menores márgenes, están compensando el impacto del aumento del yuan en su competitividad.
Además, la revaluación del yuan frente al dólar no ha sido suficiente para compensar la caída del billete verde frente a la mayoría de las monedas. En el último año, el yuan cayó un 3,7% en términos ponderados y ha perdido un 8,4% frente al euro.
Eso son malas noticias sobre todo para los sectores manufactureros de Grecia, España y Portugal. Los que compitan con los fabricantes chinos llevarán todas las de perder. Las perspectivas de apreciación tampoco son mucho mejores. Una alta inflación podría llevar a Pekín a permitir una apreciación más rápida del yuan. Pero el argumento está cambiando en otra dirección. Las dudas sobre el crecimiento fortalecerán el argumento de los grupos de presión exportadores favorable a la estabilidad cambiaria.
Una reducción del excedente comercial es una ilusión, basada en el aumento de los precios de las materias primas, que representan el grueso de las importaciones de China, pero también fortalece el argumento de Pekín de que la cuenta comercial de China se está equilibrando sin necesidad de más apreciaciones significativas.
Un año después del fin de la vinculación yuan-dólar, el mundo ha perdido competitividad. Un dólar debilitado implica que el yuan tendrá más margen de maniobra para seguir revalorizándose sin que su competitividad comercial se vea afectada. Con eso sólo se conseguirá que los otros socios comerciales de China pidan más.

Por Tom Orlick /Wall Street Journal from Expansion.com  20/06/2011

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