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Bob Doll, principal estratega del gigante de la inversión BlackRock, dice que la ventaja está en el crecimiento de la población estadounidense.
Últimamente, las noticias económicas no han sido muy positivas para Estados Unidos: la generación de empleo sigue desacelerada, los precios de las viviendas continúan de capa caída, las ventas de autos y de productos para el consumo no despegan y se ha registrado una venta generalizada en los mercados bursátiles. Parece un buen momento para visitar a uno de los optimistas líderes de Wall Street, el estratega de valores de BlackRock, Bob Doll, y ver si aún ve un futuro color rosa en EE.UU.
Para mi alivio, no me decepcionó. "Los mercados de crédito están saludables. El crecimiento monetario es bueno", dice Doll, cuyo optimismo ha sido acertado desde el 9 de marzo de 2009, cuando las acciones llegaron a su nivel más bajo tras la crisis financiera. Desde entonces, el Dow ha subido más de 85% y Doll espera que la expansión económica, aunque lenta, continúe.
El optimismo de este inversionista a largo plazo con respecto a las empresas de EE.UU. y su competitividad es muy intrigante. "Se podría decir que somos la mejor casa en un mal barrio", dice el hombre que ha pasado 28 años gestionando dinero. "Tenemos menos problemas y más soluciones que Europa o Japón", asegura.
Doll nos recibió en una sala de conferencias en una de las dos oficinas de BlackRock en Manhattan. Aunque la firma no es muy conocida y solamente existe desde 1988, es ahora la gestora de dinero más grande del mundo.
BlackRock tiene bajo su administración más de US$3.600 billones (millones de millones) de clientes. El trabajo de Doll es asignar casi US$30.000 millones entre acciones de grandes empresas de EE.UU. y asesorar a los clientes respecto a las oportunidades de inversión más atractivas en el mercado bursátil.
Su énfasis sigue estando en EE.UU. y cree que la razón más importante por la que ese país sigue teniendo la casa más bonita en el vecindario de las naciones desarrolladas es que su familia sigue creciendo. "En los próximos 20 años, la fuerza laboral estadounidense va a crecer 11%, la de Europa va a caer 5% y la de Japón 17%. Solamente esto me dice que EE.UU. tiene una enorme ventaja respecto a Europa y una todavía más grande respecto a Japón para crecer", dice. "Y la razón para esto es muy simple. Tenemos una mayor inmigración y tenemos más bebés".
Pero muchos estadounidenses pueden tener dificultades para aceptar que el crecimiento de la población y la inmigración son las claves para la prosperidad del país. Doll explica las bases económicas. "La tasa de crecimiento a largo plazo de cualquier economía es el producto del cambio en el tamaño de la fuerza laboral multiplicado por la productividad de la fuerza laboral". La productividad es muy difícil de predecir, pero los cambios demográficos son fáciles. Se cuentan narices", explica. Y esa cifra muestra un EE.UU. muy saludable.
¿Pero no ve Doll problemas respecto a la productividad? Subió apenas 1,3% en el primer trimestre en comparación con el mismo lapso del año anterior. El estratega dice que la productividad estadounidense "está bien y mejor que la de muchos otros lugares".
El optimismo de Doll no cambia pese a su escepticismo respecto a la reciente intervención de Washington en la economía. Su equipo en BlackRock calculó que, como mucho, solamente la mitad del paquete de estímulo de 2009 fue "verdadero estímulo" económico.
Las cargas económicas
También concede que la reforma financiera y los continuos llamados del presidente Barack Obama para un alza de los impuestos son factores que retardan el crecimiento.
Doll reconoce que EE.UU. enfrenta "formidables problemas estructurales de largo plazo que hacen que el país sea menos atractivo de lo que de otra forma sería".
Pero, ¿podemos realmente ganar simplemente quedando por delante de Europa y Japón? Hasta ahora la respuesta parece ser sí. La gente invariablemente se sorprende cuando Doll explica que en 1995, EE.UU. produjo aproximadamente 25% de los bienes y servicios del mundo y en 2010, luego de 15 años que incluyeron la explosión de la burbuja de Internet, ataques terroristas y el desplome del mercado inmobiliario que desencadenó la crisis financiera, seguía produciendo el mismo 25% del PIB global.
¿Cómo es esto posible dado el rápido crecimiento de China e India? Doll dice que el incremento de la participación de los países emergentes en la producción mundial ha llegado a expensas en gran parte de Japón y un poco de Europa. "Que EE.UU. haya mantenido su posición es muestra de su capacidad de ser productivo en un mundo difícil", opina.
¿Pero un inversionista no tendría más posibilidades en los países en desarrollo? Doll dice que si lo obligaran a dejar su dinero en un lugar en los próximos 10 o 20 años, de hecho seleccionaría India más que China.
La población de China va a crecer sólo un poco más rápido que la de EE.UU. entre ahora y 2030, dice, en tanto espera que la de India lo haga 32%, lo que sugiere un robusto crecimiento.
Pero a corto plazo, a Doll le gusta el mercado de acciones estadounidense y es allí donde la mayor parte de sus inversiones personales están.
Doll es menos optimista respecto al futuro de los empleos en su país, y proyecta una tasa de 7% u 8% de desempleo a mediano plazo. También estima que la inflación subirá, aunque confía en que la Fed la mantenga bajo control.
Pero a pesar de todos esos problemas, dice que "el espíritu emprendedor está vivo y bien en EE.UU." y argumenta que el país es aún fuente de innovación tecnológica y sede de las mejores universidades y las empresas más creativas.
Por JAMES FREEMAN from Wall Street Journal 15/06/2011
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