Foto from tucalzadoinfantil.com
La alarma antirrobo de un coche. El chirrido de unas uñas que arañan una pizarra. El ronquido que te despierta en pleno sueño. Son ruidos desagradables, sí, pero no lo suficientemente fastidiosos como para convertirse en el sonido más molesto del mundo. Ese honor pertenece, según psicólogos de la Universidad de Clark (EEUU), al gimoteo de un bebé de entre dos y medio y cuatro años de edad.
No es una noticia que cuando un niño comienza a llorar, sus padres pierden la calma. Los bebés saben bien que conseguirán comida, calor, mimos o un cambio de pañales en cuanto empiecen a berrear. Pero los investigadores querían saber hasta qué punto ese lloriqueo es tan irritante que distrae la atención de quien lo escucha de cualquier otra cosa que esté haciendo. Por eso, pidieron a 33 voluntarios –ninguno de ellos era padre– que trataran de concentrarse en unos ejercicios matemáticos escuchando, a través de unos cascos, cinco sonidos diferentes: el ruido de una máquina, una persona conversando en tono neutral, un niño llorando, un bebé gimoteando y un adulto hablando en lo que los anglosajones llaman motherese, ese lenguaje que muchos padres utilizan para comunicarse con sus bebés, y que consiste en utilizar palabras simples e imitar el supuesto tono de voz que tendría un recién nacido si hablara.
Por más que el motherese sea irritante para todos aquellos que no sean padres, no lo es tanto, al parecer, como el sonido de un bebé gimoteando. Los voluntarios cometieron el mayor número de errores cuando escuchaban al bebé. Como explican los psicólogos, una máquina ruidosa o una sirena estridente simplemente molestan; el gimoteo de un bebé “te avisa de que tienes que sintonizar”.
Por LIBRE cuaderno de verano from blogs.publico.es 02/08/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.