sábado, 4 de junio de 2011

¿Cuáles son los escenarios tras las elecciones presidenciales en Perú?


Foto por AFP from CNN.com

La conservadora Keiko Fujimori o el izquierdista Ollanta Humala, el que gane el domingo en lo que se perfila será una reñida segunda vuelva electoral, tendrá la responsabilidad de gobernar Perú los próximos cinco años.
¿Cuáles son los riesgos políticos y económicos de una eventual gestión de Fujimori o Humala en uno de los países que registra uno de los mayores crecimientos económicos del mundo?
El nuevo gobierno asumirá el 28 de julio.
A continuación esbozamos los escenarios:
El retorno de Fujimori
Es probable que la hija del ex presidente Alberto Fujimori -que cumple una condena de 25 años de prisión por abusos a los derechos humanos- gane la presidencia, según encuestas.
Una gestión de Keiko Fujimori calmaría los temores de inversionistas en términos de manejo económico del país, que crece a un ritmo de 7% anual desde hace cinco años. La candidata ha dicho que mantendrá el modelo de libre mercado y promoción de la inversión privada local y extranjera.
Pero el riesgo en un gobierno de Fujimori, de 36 años, se centra en lo político ante las dudas sobre sus credenciales democráticas y sobre su capacidad en la conducción y resolución de posibles crisis debido a su juventud.
Será la primera mujer presidente de Perú y la más joven con la responsabilidad de administrar la nación sudamericana productora de metales.
La mayoría de peruanos teme que ella libere a su padre y, con ello, que el ex mandatario gobierne bajo la sombra.
Su progenitor se alió con los militares para derrotar a una guerrilla que quería imponer el comunismo en Perú.
Además, en la década de poder de su padre estalló el mayor escándalo de corrupción en la historia del país que propició su destitución. Muchos militares, jueces, empresarios y funcionarios de Fujimori están presos por corrupción.
"La democracia en Perú desaparecería si nosotros reivindicamos la dictadura de Fujimori", afirma el escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en un spot de televisión que se transmite desde hace días.
Vargas Llosa, quien perdió la presidencia de Perú hace dos décadas en una elección frente a Alberto Fujimori, encabeza una larga lista de respetados intelectuales que se han sumado a una campaña para evitar que Keiko Fujimori gane los comicios.
Varias organizaciones civiles que defienden los derechos humanos y la democracia y grupos de jóvenes universitarios han realizado constantes marchas en contra de la candidata.
Representantes del candidato Humala han advertido un intento de fraude por parte del gobierno del presidente Alan García a favor de Fujimori.
Analistas afirman que la resistencia podría agravarse y crear un clima de incertidumbre política que ensombrecerían las expectativas de los inversionistas.
¿Pero querrá Fujimori hija asumir ese costo? Es difícil pensar que gobierne cinco años viendo a su padre en prisión.
Representantes del partido de Fujimori han dicho que buscarán la libertad del ex mandatario con mecanismos legales. Uno de ellos está pendiente en el máximo tribunal y abriría la puerta para pedir la nulidad de su sentencia alegando que hubo vicios procesales durante el juicio.
Otra posibilidad es que el presidente García le conceda un "indulto humanitario", gracia que podría darse a presos con grave enfermedad y avanzada edad.
La salud del ex mandatario de 72 años se ha resquebrajado tras haber sido sometido a dos cirugías; una en la boca y otra en el páncreas, para descartar lesiones cancerígenas.
La teoría es que García -de 62 años- quiere congraciarse con Keiko para que ella no investigue los presuntos casos de corrupción en su gobierno, limpiando el terreno para intentar una tercera e histórica reelección en el 2016.
A cambio, García liberaría de esa carga a Keiko Fujimori.
De todos modos, ella tendría en sus manos la oportunidad y el reto de realizar un buen gobierno para, de alguna forma, intentar reivindicar el manchado apellido de su familia.
Humala en el candelero
Los riesgos en un eventual gobierno de Humala -un militar retirado de 48 años- son más bien de rumbo económico, aunque también se teme por una gestión con estilo autoritario.
Humala, quien intentó un golpe de Estado cuando agonizaba el gobierno de Fujimori en medio de un escándalo de corrupción en el 2000, ha moderado su discurso radical de izquierda durante la campaña y hasta ha suavizado sus propuestas de mandato para atraer votantes de centro y calmar a los inversionistas.
En esta estrategia ha logrado el apoyo de importantes líderes como el ex candidato y ex presidente Alejandro Toledo y de figuras como el escritor y novelista Vargas Llosa.
La ventaja en un gobierno de Humala es que tiene el apoyo de diferentes tendencias políticas para llevar una gestión de consensos y con menos resistencia en un país de latentes conflictos sociales en demanda de mayores beneficios.
Muchos peruanos creen que Humala distribuiría mejor la riqueza en Perú, uno de los mayores exportadores de minerales en el mundo, que pese a años de bonanza económica no ha logrado combatir la pobreza que alcanza a un tercio de sus 29 millones de habitantes.
El candidato ha prometido respetar el actual manejo de la economía y los tratados comerciales, de la mano de respetados técnicos profesionales que se unieron a su causa después de la primera ronda electoral.
Analistas dicen que sería difícil propiciar cambios radicales en el próximo gobierno, puesto que ningún grupo político tiene mayoría en el fragmentado Congreso unicameral.
Pero hay dudas de que Humala cumpla sus promesas.
En torno a su figura todavía hay una aureola de falta de credibilidad pues hasta ahora no puede zafarse de la sombra del presidente venezolano Hugo Chávez, de quien se cree influirá sobre Humala en un eventual gobierno nacionalista.
Chávez, uno de los mayores líderes de la izquierda en América Latina, apoyó públicamente la candidatura de Humala en las elecciones del 2006, cuando el aspirante peruano perdió la presidencia frente al ahora mandatario García.
El líder venezolano, que afirma busca una revolución socialista en su país y es un fiero opositor de la economía de libre mercado, tiene un alto grado de desaprobación en Perú.
Un gobierno estatista, como el de Chávez, echaría al tacho años de profundas reformas económicas, según analistas.
"No tengo dudas de que Ollanta Humala es autoritario, antidemocrático, violador de los derechos humanos y estatista. Se ha disfrazado para aparentar algo que no es", afirmó el analista político Fernando Rospigliosi.
El líder nacionalista también afronta denuncias de violación a los derechos humanos, en un caso cuando fue oficial del Ejército hace dos décadas, lo que él ha negado.
Asimismo, uno de sus hermanos está condenado a 25 años de prisión acusado de sedición por tomar una estación policial y pedir la destitución del entonces presidente Toledo en el 2005 cuando éste enfrentaba denuncias de corrupción.
La rebelión, que acabó con la rendición de los insurgentes, tuvo como autor intelectual a Ollanta Humala, según declaró su mismo hermano que encabezó la revuelta. Pero el candidato presidencial, que se encontraba en el extranjero en esa oportunidad, ha negado su participación.
Los que votarán por Humala esperan que el nacionalista implemente un gobierno moderado al estilo del popular ex presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva. Sus asesores en la campaña fueron del partido del ex mandatario brasileño.

Por Reuters from CNN.com  02/06/2011

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