miércoles, 8 de junio de 2011

Eslovenia entra en las quinielas como posible cuarto país en quiebra de la UE


Foto from eleconomista.es

La zona euro sigue enredada en sus desventuras periféricas: Eslovenia, que en 2007 fue el primer país del Este que se unió al euro, entra en las quinielas como cuarto candidato a vivir al borde del abismo. Mientras, fuera del Viejo continente, crece la preocupación por otros dos gigantes con pies de barro: Estados Unidos y Reino Unido.
Los eslovenos tumbaron el pasado domingo a través de un referéndum el plan de su Gobierno de retrasar de 63 a 65 años la edad de jubilación. El rechazo se ha oído alto y claro: el 72% de los sufragios.
Dos fantasmas se agitan sobre este país antiguo miembro de la extinta Yugoslavia y pequeño vecino de Italia: que las pensiones provoquen un agujero negro en sus cuentas públicas; y que el resultado del referéndum desencadene una crisis política que arrastre a un Gobierno de centro-izquierda cuya fase de popularidad se sitúa en cuarto menguante.
La Comisión Europea, siempre políticamente correcta, se ha limitado esta semana a aceptar públicamente el resultado de las urnas, como no podía ser de otra manera. Pero también ha recordado que el problema de la sostenibilidad de las pensiones y de las finanzas públicas en este país hay que desactivarlo.
Los eslovenos bien pudieran recurrir, como hizo sin éxito el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, al argumento de que tienen una deuda pública por debajo de la media.
Terminaron el año 2007 con una deuda equivalente al 38% de su producto interior bruto (PIB). Pero según las previsiones de la Comisión Europea, cerrarán 2012 con una deuda del 46% del PIB. La tendencia es siempre al alza: en 2003, la deuda pública eslovena era de apenas un 27,3% del PIB; es decir, casi se ha duplicado en apenas diez años.
El problema esloveno es que su déficit está fuera de control, aunque no se haya desbocado como el de España, Irlanda, Grecia o Portugal. En 2009, año en el que el PIB esloveno se contrajo un 8,1% en plena crisis económica y financiera global, el déficit presupuestario fue del 6% del PIB.
En 2010 apenas bajó al 5,6%; y Bruselas prevé que este año suba al 5,8%, y el que viene se coloque en el 5%, lejos todavía del 3% a partir del cual comienzan a sonar las alarmas de la UE.

Por Antonio León / Bruselas  from elEconomista.es  07/06/2011

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