miércoles, 6 de julio de 2011

Sudán del Sur ante su independencia (o cómo crear un país de cero)


Foto from larepublica.com.uy

Apenas quedan cuatro días para que nazca el país número 193 de Naciones Unidas en un proyecto político lleno de incertidumbres.
En Sudán del Sur, el futuro camina estos días entre fuegos de artificio y celebraciones. No es para menos. A tan solo cuatro días de convertirse en el país número 193 de Naciones Unidas, apenas queda ya espacio para las dudas o temores.
Sin embargo, son los cimientos de este unánime proyecto político (la declaración de independencia del próximo día 9 fue apoyada en referéndum por casi el 99% de su población) y no su fachada, quienes mayores grietas ofrecen.
Que a nadie pille por sorpresa. En 2005 -fecha de los acuerdos de paz que pusieron fin a más de dos décadas de conflicto entre el norte y el sur-, el país africano tan solo contaba con cerca de 20 kilómetros asfaltados de carreteras, mientras que el 90% de su población era analfabeta.
Seis años después, el panorama no es mucho más esperanzador. En la actualidad, más de la mitad de los funcionarios de Gobierno apenas dispone de estudios primarios y un tercio de las oficinas ministeriales permanecen desiertas. De igual modo, en los últimos meses, la futura capitalidad de la (hasta ahora) ciudad más importante del país -Juba- ha quedado en entredicho, después de que Anne Itto, vicesecretaria del Movimiento Popular de Liberación de Sudán, anunciara que el Gobierno podría embarcarse en la creación de una capital «totalmente nueva».
Quizá no resulte extraño. Sobre todo, ante el jugoso pastel que se avecina. Eso sí, recubierto de burbuja inmobiliaria.
China y el petróleo
Según un reciente informe de la organización humanitaria Norwegian People's Aid, desde que comenzara el expolio del país en 2007, el 9% de la superficie total del nuevo Estado ha sido adjudicada ya a empresas de capital extranjero.
En el informe se denuncia, además, que cerca de 30 contratos de explotación vulnerarían las leyes que rigen la propiedad de la tierra en la región. Sin embargo, el estudio tan solo se centra en proyectos agrícolas, forestales y turísticos, obviando los acuerdos ya existentes entre las compañías petrolíferas y mineras.
No son menores. A día de hoy, el Gobierno de Juba basa el 98% de su presupuesto en los ingresos del petróleo. Y es ahí donde entra la baza de otro actor extranjero: China.
Como asegura a ABC Zhang Jun, cónsul chino de Comercio para el sur de Sudán, «el petróleo sigue siendo la columna vertebral de la economía del norte y del sur, por lo que esperan continuar la excelente relación entre ambos Estados».
Sin embargo, para Global Witness -organización especializada en recursos naturales-, el Gobierno de Sudán del norte -quien gracias a los acuerdos de paz de 2005 recibe el 50% de las extracciones totales de crudo- y la empresa petrolera estatal china CNPC, ofrecerían cifras «falsas» sobre sus extracciones.
Por ello, no resulta inusual que Oyay Deng Ajak, ministro sur sudanés de Inversión, reconociera recientemente que su país revisará todos los contratos de las compañías petrolíferas que operan en el Estado. Porque ante tan apetitoso pastel, ¿quién renuncia a llevarse un buen trozo?

Por EDUARDO S. MOLANO / NAIROBI  from ABC.es  05/07/2011

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