miércoles, 19 de octubre de 2011

Estamos rodeados de microbios o por qué es mejor tirar de la cadena con la tapa bajada


Foto from xatakaciencia.com

Uno de los conflictos más comunes entre una pareja compuesta por un hombre y una mujer es que uno de los miembros (el hombre) se deja la tapa del váter levantada y el otro miembro (la mujer) le reprueba por ello. Una odisea marital, vaya.
Ahora ya tenéis una razón de peso para bajar la tapa. O mejor dicho, para tirar de la cadena después de haber bajado la tapa. Los microbios.
Hace unos días os comentaba cuán importantes eran los microbios para fabricar alimentos que de otra forma no existirían, pero determinados microbios pueden darnos muchos problemas si no los mantenemos a raya.
Y es que estamos rodeados de ellos. Sólo en nuestro cuerpo hay tantas bacterias que, si las cogiéramos todas y las pusiéramos sobre una balanza, el fiel marcaría casi dos kilos de peso.
Sin embargo, en nuestro hogar, los gérmenes no se encuentran en las mismas concentraciones en todos los rincones. Tal y como señala Charles P. Gerba, de la Universidad de Arizona, uno de los mayores expertos en gérmenes del mundo que se dedicó a calcular el contenido bacteriano de diferentes habitaciones en diversas casas… el lugar más limpio de todos es el asiento del inodoro.
Por el contrario, la superficie de las mesas de trabajo tiene en promedio más bacterias que el asiento del inodoro.
La zona más sucia es el fregadero de la cocina, seguido muy de cerca por las superficies de la cocina. Pero el objeto más sucio es el trapo de la cocina.
La mayoría de trapos de cocina están impregnados de bacterias y, cuando utilizamos esos trapos para secar superficies (o los platos, o la tabla para cortar el pan, o las barbillas grasientas, o cualquier otra superficie), los microbios se transfieren de un lugar a otro, permitiéndoles con ello nuevas oportunidades de criar y proliferar. La segunda forma más eficiente de propagar gérmenes, descubrió Gerba, es tirando de la cadena del inodoro con la tapa levantada. Esta acción arroja al ambiente miles de millones de microbios. Muchos quedan en el aire, flotando como minúsculas burbujas de jabón, a la espera de ser inhalados, durante un espacio de tiempo que puede llegar a las dos horas; otros se instalan en objetos, como el cepillo de dientes.
Y si lo de mantener la tapa levantada o bajada es muy difícil, siempre podréis recurrir a una tapa de váter con pestañas para cada miembro de la familia.

Por Sergio Parra   from  xatakaciencia.com    17 de octubre de 2011

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