jueves, 7 de abril de 2011

La intimidad, traicionada por nuestros propios teléfonos

Foto por Zeit Online from larazon.es

¿Trabajador, infiel o viajero? El móvil delatará cómo es tu día a día.
Los teléfonos, al igual que las conexiones a Internet, las actualizaciones de los perfiles en las redes sociales y otras tantas actividades cotidianas, dejan una huella imborrable acerca de nuestros movimientos. El derecho a la privacidad en la era digital queda así muy comprometido.
Sorprende descubrir que el «Gran Hermano», ese concepto de control y omnipresencia de un ente superior que lo controla todo, lo alimentamos constantemente a través de nuestros mensajes en Twitter, el perfil de Facebook o, simplemente, a través de la cobertura del teléfono móvil.

La geolocalización se ha convertido en un concepto de moda gracias a los nuevos dispositivos, que en tan sólo unos segundos sitúan al usuario en «Google Maps» o le informan acerca de la farmacia o el restaurante más cercanos a su posición. Pero en el caso de los móviles, ni siquiera se requiere el uso de estos servicios para ser delatado. Las propias antenas de telefonía que ofrecen cobertura a los teléfonos sitúan el área de movimiento de cada persona.

No sólo son dispositivos de comunicación, sino de seguimiento, y revelan muchos datos acerca de nuestras vidas, desde los lugares visitados hasta los hábitos de vida.

Reconstrucción de cualquier desplazamiento
Malte Spitz, político alemán del Partido Verde, ha puesto con la ayuda del rotativo «Die Zeit» el dedo en la llaga. Han creado un mapa interactivo que muestra los movimientos de Spitz y sus actividades durante un período de cinco meses sobre la base de los datos arrojados por su móvil y la información disponible en Internet.

Para apoderarse de los datos arrojados por su propio teléfono móvil, Spitz demandó a su proveedor de servicios, el gigante alemán Deutsche Telekom. Con estos datos, recogidos de agosto 2009 a febrero 2010, junto con los registrados en las redes sociales, blogs y referencias escritas sobre Spitz en la Red, se pudo elaborar un milimétrico esquema de cada movimiento del político con una hoja de cálculo de 35.831 filas que representan las transferencias de información de su móvil.

Desplazamientos por la calle, en tren, en avión. Todo quedó registrado y almacenado, incluido cuando trabajaba y cuando dormía. Unos detalles en principio inofensivos, pero que retratan el perfil de una persona con toda exactitud y ponen en cuestión la seguridad de los datos privados.


Por I. Blanco – from larazon.es 05/04/2011

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