Foto rom elpais.com
Los resultados de Alonso y Massa en las próximas carreras decidirán si La Scuderia concentra sus recursos en esta temporada o los dedica ya al coche de 2012.
A principios de abril, nada más disputarse la primera carrera del Mundial de fórmula 1, Flavio Briatore aconsejó a Ferrari que se olvidara de la mejora del prototipo con el que compite este año y se centrara en el del que viene. La diferencia de rendimiento entre el 150º Italia que en Australia pilotaron Fernando Alonso y Felipe Massa y el Red Bull RB7 de Mark Webber y Sebastian Vettel (se adjudicó la pole y ganó la prueba con tremenda suficiencia) se cifró en un segundo y medio por vuelta, un lastre que, a criterio de Briatore, era ya insalvable por más que el campeonato acabara de empezar.
Un mes y medio después de aquello, tanto Ferrari como los demás equipos ya están comenzando a marcar los primeros trazos del diseño de los bólidos de 2012 y serán los resultados que obtengan en las próximas carreras (cuatro en poco más de un mes) los que determinarán dónde se van a inyectar más recursos, si en tratar de luchar por este título o descartarlo y ponerse a visualizar el siguiente. De ahora en adelante, los departamentos técnicos se dividirán en dos grupos, de modo que uno seguirá el desarrollo y la evolución de las apuestas actuales y el otro se articulará para definir la primera fase de construcción de las del curso que viene.
"Eso siempre se hace en mayo porque, si no, es demasiado tarde", reconoce Nikolas Tombazis, jefe de diseño de La Scuderia, que liderará el grupo de trabajo encargado de dar forma al coche de 2012. "Hemos analizado los problemas sufridos y en el siguiente proyecto seremos más agresivos", revela el técnico.
Ferrari se encuentra en una situación apurada, casi límite. A pesar de la mejora que el coche rojo experimentó en la última cita, en Turquía, donde Alonso concluyó tercero y consiguió el primer podio del ejercicio para la marca de Maranello, la desventaja respecto a Red Bull, tanto técnica como en la clasificación general (52 puntos en el caso de Alonso y 69 en el de Massa) es más que considerable.
Las palabras de Tombazis no dejan de ser la entonación de un mea culpa, aunque sea sutil. Ferrari ha abordado este Mundial a la defensiva y, desde el primer momento, sus máximos responsables técnicos reconocieron que su principal objetivo era que el 150º Italia fuera una máquina robusta y fiable, que no tuviera ningún punto débil. Confiaban en que Red Bull, siempre al ataque, se pasara de frenada como había ocurrido en los últimos años y comenzara a perder puntos por la agresividad del coche de Newey o por la de los pilotos, que en el pasado llegaron a eliminarse el uno al otro en alguna ocasión. Lo que ha pasado, sin embargo, es que los dos títulos que la marca de las bebidas energéticas logró el curso pasado, el de pilotos y el de constructores, parecen haber liberado al equipo y en especial a Vettel, que en las primeras cuatro citas acumula 93 puntos de 100 posibles.
La primera parada de esta decisiva serie de grandes premios se producirás este próximo fin de semana en el circuito de Montmeló, donde las distintas estructuras que teóricamente optan a luchar por el título acelerarán su programa de desarrollo y equiparán sus bólidos con las mejoras que han estado acabando de pulir en las fábricas. En el segundo ensayo libre, en Estambul, el pasado viernes, Alonso y Massa estuvieron trabajando en unos nuevos alerones, delantero y trasero; un nuevo difusor, un sistema de escapes distinto, otro embrague para mejorar las arrancadas y un mapa de gestión electrónica alternativo, esto último para reducir la distancia que les separa de los Red Bull en las vueltas cronometradas. Ferrari decidió, no obstante, prescindir de la mayoría de estos componentes con vistas a la carrera y solo incorporó el ala delantera.
Al igual que ha ocurrido en Maranello, las demás sedes también han operado a pleno rendimiento, de forma que los monoplazas que rodarán en la pista este domingo en el Circuit probablemente no se parezcan en nada a los que se vieron en Turquía. McLaren, por ejemplo, ya desplazó a Estambul un camión lleno de piezas (alerones, tapa de motor y difusor) que finalmente no empleó por falta de kilómetros de prueba y por miedo a comprometer el equilibrio del MP4-26.
ORIOL PUIGDEMONT - Barcelona –from elpais.com 18/05/2011
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