Foto from Cnn.com
Los hombres en todas partes del mundo probablemente se han preguntado: ¿Qué enciende a las mujeres?
En la era de internet con innumerables géneros de imágenes, vídeos y relatos eróticos disponibles en línea, es posible averiguarlo.
Pero lo que las mujeres están viendo y leyendo por lo general no es lo que los hombres están buscando en la red, según un nuevo libro sobre el tema. En A Billion Wicked Thoughts, los neurocientíficos Ogi Ogas y Gaddam Sai combinan búsquedas en la web, historiales personales de búsqueda, sitios web y anuncios clasificados con conocimientos de ciencia cerebral para descubrir exactamente las diferencias entre hombres y mujeres.
Al igual que todos nacemos con señales del gusto –dulce, salado, ácido, picante, amargo– los cerebros de hombres y mujeres se conectan con señales sexuales, dijo Ogas. Para los hombres, las señales son predominantemente visuales, y dirigidas a la pareja; a menudo disfrutan viendo el orgasmo de una mujer, lo cual puede ser una de las razones por la que muchas mujeres fingen.
Pero las mujeres son más complejas; le dan mucha importancia a sentirse deseadas, por ejemplo, mientras que parece que los hombres por lo general no necesitan sentirse deseados en absoluto para sentirse excitados.
“Una mujer quiere saber que la acción va a repetirse, que él está comprometido y va a regresar”, dijo Ogas.
Las mujeres son sexualmente complejas en otros aspectos importantes. Si un hombre está físicamente excitado, también está psicológicamente excitado, por lo cual los medicamentos para la disfunción eréctil (por ejemplo, Viagra) pueden ofrecer resultados bastante sencillos. Pero una mujer puede estar físicamente excitada y mentalmente apagada al mismo tiempo, por lo que los esfuerzos para el tratamiento del bajo deseo sexual femenino son los más complicados.
El cerebro sexual femenino es también como una agencia de detectives, que investiga las muchas cualidades de un hombre antes de decidir si vale la pena ponerle atención, dijeron los autores. Evolutivamente, eso tiene sentido. En los primeros días de los seres humanos, las hembras que copularon con los primeros machos que encontraron no les fue tan bien como aquellas que se tomaron el tiempo para investigar a sus parejas un poco más. La agencia de detectives se aseguraría de que el macho elegido no fuera cruel, desleal o engañoso, y de que podría proteger a la mujer y sus hijos.
Más importante que la evolución, sin embargo, es el software del cerebro sexual, aseguran Ogas y Gaddam.
De nuevo, los hombres son simples: El cerebro masculino está diseñado para que cualquier estímulo pueda provocar la excitación. Por ejemplo, algunos hombres se excitan con la presencia de zapatos atractivos o los pies, y necesitan ver eso para sentirse estimulados. Por otra parte, los fetiches son extremadamente raros entre las mujeres. El cerebro femenino no suele responder a un sólo disparador cada vez, puede haber muchas combinaciones diferentes de cosas que puedan excitarla.
“El erotismo masculino es una empresa solitaria, y el erotismo femenino es una empresa social”, dijo Ogas.
Una minoría de las mujeres ve pornografía visual. Con base en el análisis de perfiles de usuario de un sitio porno, estas damas tienden a ser más agresivas socialmente, cómodas al tomar riesgos, y abiertas a experiencias bisexuales. También tienden a tener un mayor impulso sexual.
Y aunque muchos hombres buscan porno con mujeres jóvenes, hay un interés sustancial en ver con poca ropa (o sin ropa) a mujeres mayores también. Un gran número de búsquedas en la web y sitios web se dedican a las mujeres en sus cuarentas, cincuentas, y sesentas. Incluso hay un género llamado abuela porno, con un seguimiento constante, en los que la edad del ejecutante masculino es muy variable.
Es difícil saber la edad de los hombres que están buscando esta clase de erotismo, pero los autores especulan que provienen de una amplia gama de edades, ya que los intereses sexuales de los hombres están bastante formados a los 25 años. Las mujeres, en cambio, tienen intereses sexuales mucho más flexibles y dinámicos durante toda la vida.
¿Qué pasa con la homosexualidad? Los autores compararon la sexualidad masculina gay y heterosexual, y encontraron que eran sorprendentemente similares. Las diferencias: a los hombres gays les gustan los hombres, y tienen más probabilidades de ser excitados por el papel de sumisión en las relaciones sexuales que los hombres heterosexuales.
Las lesbianas son mucho más complicadas; Ogas y Gaddam no piensan que tengan la suficiente información para hacer comparaciones definitivas al respecto.
Los autores no tienen ninguna posición moral sobre nada de esto, pero sí detallan que los gustos y preferencias individuales son difíciles o imposibles de modificar. Sin embargo, cada uno asume que sus propios intereses son la norma, y rápidamente etiquetamos cualquier otra cosa como extraña o incluso peligrosa, comenta Gaddam.
“Todos debemos ser más tolerantes sexualmente”, dijo Ogas.
Por Elizabeth Landau from CNN.com 23/05/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.