Foto por Getty Images from CNN.com
Ilustración de los aztecas padeciendo el contagio de viruela por parte de los españoles durante la conquista
Los funcionarios de salud de 193 países se concentran en Ginebra, Suiza, esta semana en la reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para discutir las amenazas a la salud humana en la actualidad. Entre los muchos temas en la agenda está el dilema: ¿cuándo deben destruirse los últimos restos de muestras de variola, el virus que causa la viruela?
La decisión de destruir las muestras restantes conocidas del virus se tomó en el año 1996. Sin embargo, la fecha de destrucción efectiva se ha retrasado en cuatro ocasiones; la última, en 2007. Así que estas muestras del virus –451 en Estados Unidos y alrededor de 120 almacenadas en un laboratorio llamado Vector en un remoto pueblo de Siberia en Rusia– continúan hibernando en nitrógeno líquido.
La viruela es una de las peores enfermedades del mundo. Infectaba solamente a humanos y 30% de las personas enfermas morían. Muchos de los que sobrevivieron quedaron con horribles cicatrices, ciegos o ambas cosas. Casi 500 millones de personas murieron a causa de la enfermedad solamente en el siglo 20.
El doctor D.A. Henderson, quien estaba a cargo del programa mundial de erradicación de la viruela de la OMS, vio de primera mano lo que este virus podía hacer. “Probablemente las peores experiencias que he tenido sucedieron en las salas de viruela. Nunca he visto nada tan lamentable en toda mi vida. Tiene el olor de la carne muerta, un olor desagradable”, dijo.
“Ves a estas personas que dan pena –solamente quieren agua, pero no pueden beber; quieren comida, pero no se las puedes proporcionar. No hay nada que puedas hacer por ellos– nada en absoluto”.
El programa masivo de vacunación de la OMS fue un éxito y condujo a la erradicación de la viruela en 1980. El último caso ocurrido naturalmente fue en 1977, y el caso final ocurrió en 1978, cuando un accidente de laboratorio dio lugar a la exposición y a la muerte de una persona a causa de la enfermedad, explica la médica Inger Damon, jefa de la subdivisión de poxvirus (viruela) y rabia en los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos.
Damon es una de un puñado de personas en los CDC que tienen acceso al virus, el cual es resguardado bajo las más extremas medidas de seguridad.
A pesar de que varios laboratorios de investigación en todo el mundo alguna vez tuvieron el virus, la OMS ha trabajado para consolidar estas ubicaciones y en 1984 sólo los Estados Unidos y la Unión Soviética (ahora Rusia) aún tenían muestras, explica la especialista.
Aún se podría aprender algo de este virus increíblemente letal, por lo que fue hasta 1990 que la OMS decidió que el virus de la viruela debía ser destruido, de acuerdo con Jonathan Tucker, autor de The Once and Future Threat of Smallpox (La amenaza pasada y futura de la viruela).
El plazo final se fijó para finales de 1993. Tucker describe cómo un desertor soviético sugirió que su país, así como otros, podrían tener reservas ocultas de viruela que podrían ser utilizadas para el bioterrorismo.
Si bien los expertos coinciden en que la viruela no sería un arma biológica eficaz, porque una vez que es desencadenado, no puede ser dirigido a una población específica, el escenario más probable para un nuevo brote sería una liberación por parte de alguien con una reserva no declarada. La OMS inspecciona las dos reservas conocidas.
Siempre existe la posibilidad de que alguien pudiera crear mediante bioingeniería un virus de la viruela, porque la tecnología moderna ha permitido la secuenciación genética del ADN del virus. Pero encontrar a alguien que pudiera hacerlo sería muy difícil, así como realmente hacerlo, dice Damon.
Damon cree que se necesita realizar más trabajo sobre el virus real y que aún no es tiempo para destruir las reservas. Ella dice que los nuevos medicamentos o vacunas necesitan ser probados sobre el virus actual para determinar si funcionan, ya que éste no es el tipo de experimentos que se pueden hacer en los seres humanos.
Si hubiera un brote de viruela, que en general es considerado como improbable, pero no descartable, sería una gran amenaza. “Estimamos que el 75% de la población es completamente susceptible a la viruela”, dice Henderson. La OMS recomendó cesar la vacunación contra la enfermedad cuando se declaró erradicada en 1980. Incluso aquellos que fueron vacunados hace 30 años tendrían una poca inmunidad restante.
Sin embargo, Henderson y otros defensores de la destrucción de las reservas creen que ya que dos nuevas vacunas han sido desarrolladas y dos nuevos medicamentos antivirales están casi terminados, es hora de destruir esas reservas.
Rusia y Estados Unidos no están de acuerdo. Algunos sugieren que reducir drásticamente el número de cepas en cada laboratorio puede ser un compromiso, si no se acuerda destruirlas por completo. La Asamblea Mundial de la Salud de la OMS se reúne toda esta semana en Ginebra. Se espera que la cuestión de la viruela se debata en los próximos días.
Por Por Miriam Falco from CNN.com 17/05/2011
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