miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Llegará China a ser rica o se quedará por el camino?


Foto from trotamillas.es

A veces mirando a China corremos el riesgo de verla como “invencible”, de pensar que es capaz de vencer a todas las adversidades que se le presenten sin mayores dificultades. No es para menos ya que su trayectoria de los últimos años es envidiable, e incluso pasará a la historia como el referente de un “nuevo sistema” que podríamos llamar “capitalismo dirigido”, quizá el más efectivo para transformar a los países pobres en generadores de crecimiento. No obstante, a pesar de todos los retos que han superado hasta el momento, les queda quizá el más grande y en el que más fácil es caer por el camino: conseguir alcanzar el estatus de país “rico”. Eso entre otros potenciales problemas que amenazan seriamente con tener su relevancia en el futuro. En este artículo me gustaría presentar algunas de las que creo serán las claves en las próximas décadas del tema que nos ocupa. ¿Llegará China a ser rica?
Comencemos por su modelo laboral y social. Su modelo funciona principalmente por los bajos costes, estos son posibles por una manipulación del tipo de cambio y porque hasta el momento existían numerosos ciudadanos del entorno rural dispuestos a trabajar por poco dinero en las zonas urbanas. A priori esta presión a la baja en los salarios podría seguir por un tiempo puesto que aproximadamente el 50% de la población sigue siendo rural. Repito, a priori. La reciente escalada en las condiciones monetarias en los contratos parece indicar que el poder de negociación de la patronal ya no es el de antaño, lo que deja entrever dificultades para los sectores intensivos en mano de obra y baja productividad en el futuro.
La política de un solo hijo también amenaza con provocar un grave desequilibrio. Por una parte hoy por hoy la edad media en el país ronda los 35 años, una generación que puede dar mucho de sí misma laboralmente pero que en unos años no tendrá el suficiente relevo generacional: el envejecimiento poblacional es un problema sin resolver en muchos países y amenaza con serlo también en China por las atenciones necesarias, su mercado de trabajo también se verá seriamente condicionado.
El medioambiente será, muy probablemente, algo de lo que se hablará mucho en el futuro. Actualmente las autoridades están haciendo crecer al país sin verse influenciados por variables como ésta. Seguramente como occidental parezca cínico comentándolo, pero es que la contaminación en algunas zonas ya empieza a ser preocupante. Esto deriva en cuestiones tan importantes como que millones de personas siguen viviendo sin agua potable hoy en día, unido al clima que presenta parte del país, obligará a las autoridades a tomar medidas tajantes. Hasta hoy el coste medioambiental no se ha contemplado, favoreciendo más aún sus bajos costes de producción y extrema competencia, pero sus contaminados y secos ríos algún día dirán “basta ya”.
Vamos con la parte puramente económica, quizá la más importante ya que si las cosas van bien en este sentido tendrán muchos más recursos para conseguir que vayan bien también en otros. En el presente China es un país que vive de su sector exportador, burbuja inmobiliaria aparte. El problema de este modelo es que este mundo no es lo suficientemente grande para que un país del tamaño del gigante asiático pueda “ser rico” vendiendo a occidente, nuestro planeta no da para tanto. Lo que provoca que de país orientado a la producción tenga que transformarse, y en un tiempo récord, en uno orientado al consumo. Difícil, muy difícil.
¿Conocen países grandes y ricos orientados a la exportación? Alemania, Japón… poco más. Para eso los germanos también tienen mercado interno y sus ventas no serían lo que son sin el euro. En el caso de Japón intentó potenciar el consumo en el pasado, incluso firmó el “Acuerdo Plaza” para fortalecer su divisa. ¿Resultado? Burbuja inmobiliaria y hasta hoy. No han conseguido cambiar de modelo.
Para que China llegue a ser rica tendrá que hacer algo que nunca nadie ha hecho antes en el nivel que se le exige, algo extremadamente complicado. A simple vista puede no parecerlo, puede pensarse que es simplemente animar a las familias a consumir y venga, modelo cambiado. Pero no. Porque las familias no consumen así como así, ahorran grandes cantidades de su renta disponible para sanidad o pensiones, aunque existan jóvenes que no piensan en eso y ricos a los que no les importe. Porque los países orientados a la producción y exportación tienen un sistema bancario y mercado interno totalmente ineficiente en alguna cuestiones, cuestiones imprescindibles para propiciar el cambio. Muestra de ello es la actual asignación de recursos, politizada y a la vez descontrolada, en forma de crédito que amenaza con dar grandes problemas en el futuro al sistema financiero. Simplificando, el cambio exige un mínimo estado de bienestar o planteamiento que lo substituya como también un sistema empresarial – bancario – político distinto.
Por si fuese poco hay estudios que afirman que los Estados que no presentan derechos universales, justicia e igualdad ante la ley, libertad política… son incapaces de superar la barrera de los 10.000 - 15.000 dólares per cápita (obviando países con petróleo). Además hay otros análisis que sugieren que los países de alto crecimiento al llegar a los 17.000 dólares per cápita moderan de forma importante su evolución. Ambas cifras quedan lejos de las actuales en China, pero algún día, quizá no muy lejano, llegarán a ellas y tendrán que hacer lo que muy pocos consiguen si quieren ser ricos.
Resumiendo, en el futuro China se enfrentará a un escalón que no es “uno más” contrariamente a lo que pudiese parecer. Muchos lo han intentado, pocos conseguido. Los cambios necesarios para ser un consumidor en vez de un exportador, la dificultad que entraña la superación de ciertos niveles de renta per cápita, las profundas reformas sociales – empresariales – políticas que se verán obligados a realizar por múltiples motivos, y por si fuese poco retos compartidos como son el envejecimiento o la contaminación. China, aún siendo enormemente meritoria, aún no ha superado su examen más complicado. Es un alumno aventajado, pero no invencible, será el futuro quien dicte sentencia.
Por Kike Vázquez   from Cotizalia.com  17/05/2011

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