lunes, 7 de abril de 2014

'Fantasy bond', el espejismo que pone en peligro toda relación

 
 
LOS SIGNOS DE UN MAL DEMASIADO COMÚN.
 
 
¿Puede el amor durar toda una vida? Es una pregunta recurrente que se hacen los seres humanos, y que “toda una vida” es una cantidad de tiempo muy grande como para que un solo amor la abarque. ¿Tan larga es una vida?
 
La ciencia parece haberse pronunciado al respecto en un reciente estudio de la Stony Brook University, en el que se revelaba que las parejas que experimentan lo que se ha dado a llamar el amor romántico a largo plazo activan las mismas partes del cerebro y de manera similar que aquellas que acaban de enamorarse.
 
Y fueron felices para siempre
 
El equipo de investigadores, liderado por Bianca P. Acevedo y Arthur Aron, concluyó que “las regiones del cerebro ricas en dopamina, asociadas con la recompensa, la motivación y el deseo se activaban de manera similar en parejas que acababan de enamorarse que en aquellos que experimentaban un amor romántico tras varios años de relación”. Definen ese amor romántico en base a la intensidad, el compromiso y el interés sexual de la relación, y lo asocian con la satisfacción matrimonial, el bienestar, la alta autoestima y la longevidad de la relación.

¿Qué quiere esto decir? Como recoge la psicóloga Lisa Firestone en un artículo del Psychology Todayesto implica que las parejas que mantienen la intensidad, el compromiso y el interés sexual, aun sin la ansiedad y la obsesión que caracterizan los inicios del amor, pueden efectivamente mantener la chispa y las mariposas en el estómago. Así, afirma Acevedo que “las personas que lleven mucho tiempo en pareja y a las que les gustaría recuperar el romanticismo inicial deben saber que es una meta alcanzable que, como casi todas las buenas cosas de la vida, requiere energía y devoción”.
 
 
El vínculo imaginario
 
Cabe preguntarse cuál es la causa de tantos matrimonios fracasados, si un amor duradero es alcanzable y se puede preservar. Firestone recurre aquí a un concepto desarrollado por su padre, el psicólogo Robert Firestone, y que llaman el fantasy bond, algo así como un vínculo imaginario.
 
Este término se usa para referirse a la ilusión de conexión entre los miembros de una pareja que termina reemplazando los verdaderos actos de amor, afecto y respeto. Un vínculo imaginario se da cuando la forma de la relación se vuelve más importante que la sustancia. En palabras de Robert Firestone: “Quizá el signo más significativo de que se ha formado un vínculo imaginario es el hecho de que uno o los dos miembros de la pareja abandona sus áreas vitales de interés personales, sus propias opiniones, su individualidad, para convertirse en una unidad, en un todo con el otro. El intento de encontrar seguridad en la ilusión de integrarse con el otro conlleva una progresiva pérdida de la identidad de cada uno”.
 
Esa pérdida de la identidad es muy nociva a la hora de mantener el amor romántico, pues nuestras atracciones iniciales hacia las personas se basan en el interés. En el momento en que el otro no es un individuo interesante, con sus inquietudes, virtudes y ocupaciones que nos atraen, el amor se tambalea.
 
El vínculo imaginario bordea y evita la vulnerabilidad y exposición que conlleva el amor, y hace que nos sintamos conectados a alguien sintiéndonos defendidos, seguros; en el fondo, es que no estamos verdaderamente abiertos al otro.
 
 
Signos que indican que estás envuelto en un vínculo imaginario
 
Según Robert Firestone, los principales signos del fantasy bond son los siguientes:
  1. Poco contacto visual.
  2. Interrupciones en la comunicación.
  3. Pocas muestras de cariño y una vida sexual rutinaria.
  4. Pérdida de independencia.
  5. Hablar como una sola persona, usar demasiado el “nosotros”.
  6. Ejecutar rutinas o símbolos de cariño, en lugar de ser emocionalmente cariñosos.
  7. Adopción de un determinado rol (padre, mujer, líder, víctima) en lugar de desarrollar creativamente la propia personalidad.
  8. Utilizar costumbres y respuestas convencionales en vez de una comunicación sincera.
Firestone señala que, si nos damos cuenta de que hemos creado un vínculo imaginario, no debemos desesperar: es posible volver a emerger como una pareja más feliz y enamorada, y con mejores versiones de uno mismo. Se requiere, simplemente, un reconocimiento de un problema, y mucha honestidad y compromiso con el otro. Se trata de ser quienes queremos ser y formar parte de la relación a un tiempo: al fin y al cabo, nuestra pareja se enamoró de nosotros como somos, no de una versión diluida de nosotros mismos. 


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