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Lo preferible con un residuo es que no se produzca. La segunda mejor opción consiste en que pueda ser reutilizado. La tercera, que sea reciclado. Y luego, a continuación, están ya el resto de alternativas en el tratamiento de la basura. Esta es la jerarquía considerada más idónea hoy en día en la legislación europea para los residuos. Sin embargo, a veces reciclar un producto requiere un complejo proceso industrial con un gasto de energía y unos impactos: ¿Es realmente mejor el reciclaje que otros sistemas para reaprovechar un residuo?
La organización británica WRAP (Waste Resources Action Programme) ha llevado a cabo varias investigaciones sobre esta cuestión. La última es de 2010 y fue realizada por Jean-Charles Michaud, actualmente en la consultora ambiental I Care Environnement. Este trabajo compara los efectos ambientales de productos similares con distintos finales: reciclaje, incineración para producir electricidad, compostaje, digestión anaeróbica, pirólisis, vertedero… Para ello, se evalúan más de un centenar de estudios efectuados con la metodología del Análisis de Ciclo de Vida (ACV), el análisis de los impactos ambientales de un producto durante todo su ciclo de vida. ¿La conclusión? “Por regla general, sí que es mejor reciclar”, sintetiza Michaud, “aunque también hay casos particulares en los que puede no serlo”.
Plásticos
A veces se argumenta que los plásticos tienen un importante poder calorífico que puede ser aprovechado para producir electricidad mediante su incineración, pero los estudios analizados por el WRAP consideran que la mejor opción para este material suele ser el reciclado. Esto es así por los efectos beneficiosos que tiene el usar plástico reciclado en lugar de tener que fabricar plástico virgen. “Aunque esto no quiere decir que el reciclaje sea siempre la mejor solución, hay casos en los que hay que lavar con agua caliente el producto para eliminar impurezas y esto supone un impacto importante”, comenta Michaud.
Algunos expertos defienden que el mejor reciclaje es aquel que de verdad cierra el círculo de un producto, convirtiendo su residuo de nuevo en el mismo producto: como transformar una botella de PET en otra botella, y no en un textil (como un forro polar o una moqueta) que acabará en el vertedero. Para este investigador, lo importante realmente es evitar la mezcla de materiales para que mantengan su calidad y puedan ser utilizados una y otra vez en lo que sea. “Si mezclas diferentes tipos de plástico el resultado será una materia prima con menos valor y lo que sí permite el usar un producto para fabricar el mismo producto es conseguir materiales más homogéneos”, incide Michaud, que también recalca cómo se pierde calidad por la simple mezcla de colores: “Si reciclas plásticos de colores diferentes, al final vas a tener un material negro con unas aplicaciones muy limitadas”. “Lo esencial es que el material reciclado tenga siempre una utilidad, de otro modo no habrá tenido ningún sentido”, subraya.
En el caso de los bioplásticos (fabricados con materias primas renovables), se supone que la ventaja de algunos de ellos es que pueden biodegradarse o compostarse. Sin embargo, los resultados de las investigaciones sugieren que estas no son siempre las mejores opciones. A su vez, el reciclaje muestra buenos resultados en las categorías de energía, uso de materias primas o cambio climático.
Papel y cartón
Al igual que otros materiales, el trabajo del WRAP recalca como la peor opción para el papel y el cartón es el vertedero (por las emisiones de efecto invernadero). En general, el reciclaje aparece como mejor que la incineración, aunque a veces las diferencias son pequeñas. Según el investigador, esto ocurre de forma especial en aquellos países que producen su electricidad principalmente a partir de combustibles fósiles, pues la sustitución de este tipo de energía por la obtenida de la incineración puede tener ventajas ambientales.
“El papel no puede reciclarse de forma indefinida y resulta interesante reciclar juntos los papeles de mayor calidad, los papeles de imprenta, los papeles de informes, los que son más naturales y tienen menos impurezas. El caso contrario es una revista, que tiene mucha tinta y plastificantes”, explica Michaud. “Se puede reciclar todo mezclado, pero se obtendrá un papel de menor calidad que servirá para hacer cartón”.
Textil
Hay dos materiales para los que los investigadores no encuentran suficiente información: el textil y la madera. En el caso del textil, hoy no existen muchas experiencias de reciclaje o estudios científicos. A no ser que se vaya reutilizando y reparando, su destino final será el vertedero o la incineradora. El problema del reciclaje está de nuevo en la mezcla de materiales. Pero aquí resulta todavía más complicado, pues puede haber juntas fibras naturales y otras sintéticas. “Es muy difícil reciclar un textil en un material un poco noble, además está otra vez el problema de los colores, si mezclas los colores al final tendrás negro”. En ocasiones, los restos de textil pueden ser triturados y reaprovechados como aislamiento en las paredes.
Comida y restos de jardín
Los resultados de la investigación sugieren que la opción preferible para la comida que acaba en la basura o los restos de jardín es la digestión anaeróbica (su descomposición en ausencia de oxígeno). Esto proceso genera gases como el metano, que puede ser utilizado como combustible. En el caso del compostaje, se puede obtener un abono orgánico que sustituya el uso de fertilizantes u otros químicos. No obstante, en principio tendría menos ventajas ambientales que la digestión anaeróbica.
Vidrio y metales
Este último trabajo no incluye materiales como el vidrio o los metales por haber sido ya analizados en una investigación anterior de 2006. Se considera que los cambios tecnológicos de estos años no han variado la conclusión encontrada entonces: el reciclaje, suele ser mejor. “Con el vidrio, el impacto del transporte es muy grande por su peso y los resultados van a depender mucho de las distancias”, destaca Michaud. En cuanto a los metales, el reciclaje resulta imprescindible para no perder algunos materiales cada vez más valiosos. Y de nuevo, la cada vez mayor mezcla de materiales en los productos complicada su recuperación.
Por: Clemente Álvarez from blogs.elpais.com 19/04/2011
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