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- El estigma y el poco acceso a los servicios de prevención facilitan la epidemia
- Dado que muchos tienen relaciones con mujeres, ellas también están en riesgo
- Aún no se sabe qué papel puede jugar la circuncisión en este colectivo
Las prácticas homosexuales son ilegales en la mayoría de los países de Oriente Medio y Norte de África. Los hombres que sean 'pillados' manteniendo sexo con otros pueden ser castigados con varios años de cárcel e, incluso, con la pena de muerte, dependiendo del lugar. Además abundan los prejuicios y las actitudes negativas hacia los varones con estos comportamientos, que sufren rechazo, discriminación y, a veces, violencia. Pero pese a todas las trabas, son muchos los que incurren en estas relaciones sexuales. Asumen el riesgo 'legal' que corren pero no son tan conscientes del otro peligro al que se enfrentan: el VIH.
La primera revisión de estudios e informes que se lleva a cabo sobre la incidencia del VIH en este colectivo en estos países muestra que en los últimos años el virus se ha propagado entre ellos hasta constituir una epidemia emergente.
Aunque la transmisión por esta vía no es la principal en la región sí es responsable en algunos lugares del 25% de las nuevas infecciones. Un dato que, según los autores del trabajo, coordinado por el Grupo de Epidemiología y Enfermedades Infecciosas de la Universidad Cornell de Qatar, "obliga a tomar medidas urgentes". En algunos países, como Pakistán, la prevalencia del sida en este colectivo alcanza el 28%.
"Sigue siendo una epidemia oculta, pero cada vez más numerosa", recoge el estudio publicado en la revista 'Plos Medicine'. Estimar la prevalencia de las relaciones sexuales entre hombres es difícil en esta parte geográfica, dado que se tienen que esconder, pero todos los estudios recogen altas tasas de sexo anal entre conductores de camiones, niños de la calle y prisioneros, además de otros grupos de varones.
La segregación por sexos, el retraso de la edad para casarse, la dificultad para acceder a las mujeres y las condiciones de hacinamiento son algunos de los factores que favorecen el sexo casual entre varones, sin que sean homosexuales. Así, el sexo anal es responsable del 26% de las transmisiones de VIH en Egipto, Líbano y Yemen, por ejemplo.
Al ser una actividad ilegal y estigmatizada, los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) incurren en más prácticas de riesgo aquí que en otras zonas del mundo. Tienen múltiples y simultáneas parejas sexuales -una media de entre cuatro y 14 en los últimos seis meses, aunque algunos llegan a superar el centenar-, utilizan poco el condón -menos del 25% de los varones reconoce usarlo-, pueden alternar estas conductas con la inyección de drogas y muchos también mantienen relaciones con mujeres -alrededor del 50% ha estado casado-, poniéndolas a ellas en riesgo y aumentando el campo de propagación del virus.
Sexo de pago
Comerciar con el sexo es habitual entre los HSH de Oriente Medio y Norte de África. Entre un 25% y un 75% de ellos lo hacen, llegando al 100% en el caso de los transexuales de Pakistán (los llamados hijras). Suelen contactar unos con otros en lugares públicos como paradas de autobús, mercados, puertos y parques a través de teléfonos móviles o de algún 'guru', que ejerce de enlace.
El conocimiento sobre el VIH es alto en la región y entre un 22% y un 92% de los HSH de estos países ha oído hablar del virus. Pero, paradójicamente, la mayoría de los varones que tienen sexo con otros no se ven a sí mismos en riesgo. Creen que no les va a pasar nada, aunque no tomen medidas de precaución.
Otro aspecto que facilita las cosas al virus es la presencia de infecciones y enfermedades de transmisión sexual. Si el hombre tiene el virus del herpes simple, gonorrea, clamidia o sífilis aumentan sus posibilidades tanto de contraer como de transmitir el VIH. Y, por ejemplo, la prevalencia del herpes simple entre los HSH de Turquía es del 26%, mientras que en Egipto el 7,5% de estos hombres tenía sífilis y un 8,8% gonorrea.
La circuncisión es práctica habitual entre los hombres de esta región. Sin embargo, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomienda como una de las estrategias eficaces para prevenir infecciones, su papel protector durante el sexo anal no está claro.
Según explica a ELMUNDO.es Ghina Mumtaz, de la Universidad de Qatar y principal firmante del trabajo, "es importante ver cómo los HSH en esta región no son inmunes al VIH, como parecía por la falta de datos sobre el tema. Ahora existe una considerable evidencia epidemiológica sobre el aumento de infecciones en este colectivo y la mayoría de estas epidemias concentradas son recientes, por lo que es necesario intervenir rápido para alcanzar a esta población, que ahora tienen menos acceso a los servicios y a las estrategias preventivas".
Para esta experta, lo positivo es que "las epidemias de sida están en sus primeras fases, por lo que si se lanzan programas específicos coordinados entre ONG, gobiernos y sociedad civil se puede revertir la situación. Estamos a tiempo".
Por Isabel F. Lantigua | Madrid from elmundo.es 03/08/2011
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