Una de las consecuencias de la crisis económica que ha pasado
casi desapercibida es la dificultad que enfrentan hoy en día los italianos a la
hora de cortejar a las mujeres con todo el cuidado y la atención -y costo- que
alguna vez les hizo famosos.
En la cola de la heladería, dos empresarios no pueden contener su emoción y
se les hace agua la boca, como a niños de escuela, al escoger entre una gran
variedad el sabor del gelato con el que se van a deleitar.
Cuando llega su turno sin embargo, se les ve un poco desilusionados, incluso
avergonzados, al pedirle a la impaciente camarera en voz baja un "gelato
piccolo" (helado pequeño).
"Sí, todo se redujo aquí", le dice a la BBC uno de los hombres con tristeza,
mirando a su modesta bola de helado de chocolate.
"No hay dinero para nada, ni siquiera para mujeres", agrega mientras lame la
cuchara pensativo. "Los días del casanova se acabaron. Una sola mujer... eso ya
de por sí es demasiado caro".
Su colega entre tanto trata de atrapar con su cuchara las últimas gotas de
sorbete.
"Se fueron los nuevos tiempos", anuncia. Y, encogiéndose de hombros, susurra
confidencialmente: "Soy un ex casanova".
La situación: grave
La crisis económica ha afectado a los hombres italianos donde más les
duele.
Con su país en recesión, el desempleo por encima de 12% y el costo de vida en
alza, los donjuanes han tenido que frenar su apetito.
La amante tradicional, que se mantenía en secreto viviendo en un apartamento
pago y cubierta de joyas y pieles que compensaban todas esas noches de soledad
en las que su hombre no se podía escapar de sus obligaciones familiares, pasó a
la historia.
"¿Quién puede permitirse una doble vida hoy?", se pregunta el periodista
Terry Marocco de la revista de noticias italiana Panorama en conversación con la
BBC.
"Póngase a pensar: dos Navidades, dos apartamentos, dos cenas, dos casas...
es imposible", dice riendo.
"Los italianos están pasando por un momento tan difícil que hasta le están
teniendo que pedir a sus amantes que compartan la cuenta. Conozco a una amante a
la que invitaron a una escapada romántica y, cuando se iban del hotel, el hombre
le preguntó: "¿Podemos pagar a medias?".
Adiós a las flores
Discretas averiguaciones cerca de Milán sugieren que en estos días hay
ciertamente menos "visitas" a los hoteles a la hora del almuerzo.
De acuerdo con estudios realizados por un sitio web italiano de citas
casuales, los casanovas están prescindiendo de floridas sutilezas como
invitaciones a copas y cenas.
"Los italianos son cada vez menos románticos y caballerosos", lamenta
Mariangela Chimienti de ala firma italiana Cdate.
"Antes de la crisis, un hombre invitaba a una mujer a cenar y le compraba
flores antes de que..." y calla, por discreción.
"Hoy en día, la invita a tomar un café y a un paseo en el parque", le cuenta
a la BBC.
La tragedia de los donjuanes veteranos
Un estudio reciente de la asociación italiana de los abogados de divorcio
señaló a Milán como la capital de aventuras extramaritales de Italia.
Pero la infidelidad tiene un precio, y es un precio que la mayoría de los
hombres italianos ya no pueden pagar.
El divorcio se ha reducido en un 35% aquí desde 2008, no tanto por que el
casanova está poniendo todo lo que tiene en su matrimonio, sino más bien porque
no puede permitirse el lujo de sacar nada de él.
Separarse en Italia es un asunto largo y costoso.
En su suntuoso apartamento de Milán, Roberta Ribali, una psiquiatra
especializada en problemas sexuales de los hombres, distraídamente acaricia el
terciopelo rojo del diván.
"Para el italiano mayor, esta repentina falta de dinero es una tragedia",
añade con tristeza.
"Estos hombres siempre han equiparado al dinero con el poder y lo han
utilizado para comprar mujeres", suspira.
"Los más jóvenes pueden adaptarse, puede usar su encanto, su atractivo para
ganarse a las mujeres, pero para el hombre de más edad que ya tiene algunos
problemas hormonales, es muy duro en términos de su confianza en sí mismo", le
dice a la BBC.
"Hay una opción más barata para el casanova de edad avanzada", comenta la
psiquiatra.
"En internet -señala-, con un poco de dinero se puede comprar una buena
amiga. Es una prostituta, pero puede llegar a ser un amiga, y no es necesario
comprarle pieles y joyas como la amante tradicional".
"Esa podría ser una solución... con la ayuda de viagra".
Una sola novia
En el centro de Milán, los cafés aún están llenos de grupos de hombres que
toman su aperitivo después del trabajo y chequean a las chicas en las mesas
vecinas.
Andrea y Filippo, en sus trajes negros, escuchan con envidia los cuentos de
su amigo Jacapo, que vestido con una camiseta de diseñador y pantalones de
combate se ve mucho más fresco y confiado.
"Él trabaja para una compañía petrolera", explica Fillipo. "Básicamente tiene
una novia en cada país, pero es barato para él, pues sólo se queda dos noches en
cada lugar, así que no tiene que comprar regalos y cenas".
"¿Y usted se tiene que conformar con una sola chica?", le pregunta la
BBC.
"Sí", murmura, "No me pagan mucho como para...", y se queda mirando al vacío
con nostalgia.
"Pero en Navidad, quizás reciba un bono", dice esperanzado.
Emma Jane Kirby BBC Última actualización: Domingo, 22 de septiembre de 2013
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