HAY MÁS PUNTOS DE PLACER DE LOS QUE PENSAMOS
El cerebro juega un papel fundamental en el erotismo pero, con imaginación o sin ella, las zonas erógenas son capaces de ejercer por sí solas como estimulantes sexuales. Las diferencias de sexo siempre se han impuesto a la hora de clasificar estas reactivas partes del cuerpo, caracterizadas por tener una mayor concentración de terminaciones nerviosas. Los hombres son popularmente los peor parados, al limitar sus zonas erógenas al pene y los testículos, frente a la mayor complejidad que supuestamente tendría el cuerpo femenino. Sin embargo, los resultados de la investigación Reports of intimate touch: Erogenous zones and somatosensory cortical organization publicados en la revista internacional de neurociencia Cortex, demuestran que existe “un notable nivel de correlación” entre hombres y mujeres.
Las conclusiones del estudio reconocen que las mujeres son más sensibles a las zonas erógenas, pero comparten con los hombres la gran mayoría de estas. Al margen de las denominadas zonas primarias, como son el clítoris y la vagina en las mujeres o el pene y los testículos en los hombres, el cuerpo humano posee una gran variedad de zonas sexualmente estimulantes, que van desde los hombros hasta el interior de los muslos y la cadera.
Las partes del cuerpo más reactivas
En el top ten de la clasificación de las zonas erógenas femeninas, estableciendo el grado de sensualidad con una puntuación del cero al diez, se encuentran el clítoris (9,1), la vagina (8,4), los labios (7,9), el cuello (7,5), los pechos (7,3), los pezones (7,3), la parte interna de los muslos (6,7), la nuca (6,2), las orejas (5) y, finalmente, el culo (4,7).
En el caso de los hombres la clasificación no difiere demasiado más allá de la intensidad. En primer lugar se encuentra el pene con una puntuación de nueve sobre diez, seguido de los labios (7), los testículos (6,5), la parte interna de los muslos (5,8), el cuello (5,6), los pezones (4,8), el perineo (4,8), la nuca (4,5) y las orejas (4,3).
Las mujeres cuentan así con hasta seis zonas erógenas con una puntuación superior a siete, mientras que en el caso de los hombres se reducen a dos. “Sin duda, las mujeres son más reactivas que los hombres a estas partes del cuerpo por norma general, si bien existen casos individuales de hombres que son más sensibles que las mujeres”, según se matiza en las conclusiones del estudio.
Mismas zonas, pero diferentes grados de intensidad
El perineo, donde se concentran más terminaciones nerviosas que en el resto de los genitales, es la única parte del cuerpo incluida en este singular top ten que los hombres valoraron más que las mujeres, con un 4,8 frente a un tres. Por el contrario, las mujeres cuentan con diez zonas erógenas bastante más sensibles: la espalda, la nuca, las caderas, los hombros, el vientre y las muñecas, además de los labios y la parte interior de los muslos, anteriormente citados.
Los resultados del la investigación también desmitificaron otras partes del cuerpo asociadas a un supuesto potencial erógeno, como son los pies, pues un tercio de los participantes los valoraron como totalmente irrelevantes, casi al igual que las manos.
La investigación fue realizada conjuntamente por neurólogos de las universidades de Gales y Bangor, junto con psicólogos de la Universidad de Johannesburgo. Para obtener dichos resultados, los autores del estudio realizaron un sondeo entre más de 800 hombres y mujeres, de diferente nacionalidad, edad y orientación sexual (el 84% se declaró heterosexual). En total, los participantes valoraron el potencial erógeno de 41 partes del cuerpo. Pese al esfuerzo científico por definir y clasificar las zonas del cuerpo que más excitación sexual provocan, la zona erógena por antonomasia, como siempre ha dicho la sex symbol Raquel Welch, no es otra que la mente.
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