viernes, 24 de noviembre de 2023

La OPEP+ siempre paga caro el desacuerdo: revive el fantasma de 2020, cuando el petróleo bajó de los 20 dólares

 



  • El cártel retrasa su reunión del fin de semana por el choque de posturas
  • El 'Brent' cayó un 71% en los primeros 4 meses de ese año, hasta los 19,3 dólares
  • El equilibrio artificial entre la oferta y la demanda está en peligro



La Organización de Países Exportadores de Petróleo, y sus socios externos, el cártel conocido como OPEP+, se ha visto obligada a retrasar la reunión que tenían planificada para este fin de semana, con el fin de acercar posturas para cerrar un nuevo pacto de recorte de oferta de cara a 2024. La falta de acuerdo amenaza con volver a desatar una guerra de precios como ocurrió en 2020 entre Arabia Saudí y Rusia, un conflicto que llevó al Brent a cotizar por debajo de 20 dólares. Arabia quiere ahora que otros miembros se comprometan a mantener la producción limitada, después de meses en los que ha cargado sobre sus hombros una gran parte del recorte de oferta, pero tendrá que convencer a sus socios de la necesidad de ampliar el pacto por encima de los 5 millones de barriles diarios de reducción de la producción que tienen acordados para este año.

La reunión de la OPEP+ que estaba planificada para el 25 y el 26 de noviembre finalmente se llevará acabo el día 30, según ha anunciado la propia Organización. El retraso que ha confirmado hoy el cártel de productores refleja un desacuerdo entre los distintos miembros que tiene potencial de hundir a los precios del barril, en un momento en el que la tendencia de los precios acaba de volver a entrar en territorio bajista, al asumir la realidad: sin los recortes de la OPEP+, sobra petróleo, y sobra mucho.

Aunque el cártel no ha publicado las causas del retraso de su reunión, antes de que se confirmase este cambio de calendario, desde Bloomberg se estaba avisando de que había tensiones entre los miembros por la decepción de Arabia Saudí con algunos de sus miembros, que no estarían cumpliendo con el acuerdo tal y como se había pactado. Para Arabia, que ha llevado la mayor parte del peso del recorte sobre sus hombros (de los 5 millones de barriles que la OPEP+ ha recortado en la oferta, más de 1 millón los estaría soportando el reino saudí por sí solo), parece inaceptable que el resto de compañeros no apoyen una ampliación del acuerdo de cara a 2024.

Esto es, precisamente, lo que busca Arabia: que los acuerdos a los que se llegó en 2022 se amplíen para el año que viene, con un incremento en el recorte de oferta que asegure unos precios del petróleo relativamente altos en los próximos meses. El reino árabe necesita poder financiar sus proyectos ambiciosos, dentro del programa 'Vision 2030' que presentó hace ya varios años, y para ello ha tenido que forzar un equilibrio artificial entre la oferta y la demanda de crudo, esta última, mostrando síntomas de agotamiento, con un ambicioso acuerdo de recorte de producción.

El peligroso precedente de 2020

La falta de acuerdo despierta viejos fantasmas para el mercado del crudo. En 2020, cuando se discutía llevar a cabo una acción conjunta entre Arabia y Rusia, el desacuerdo desembocó en una guerra de producción que hundió los precios del petróleo a niveles históricos. En pocas semanas, el precio del Brent cayó más de un 70%, y pasó de cotizar en el entorno de los 70 dólares a caer por debajo de 20, niveles que no se habían visto desde hacía casi 2 décadas. El caso del barril estadounidense fue todavía más llamativo, llegando a no valer nada, e incluso a forzar a los inversores a pagar a quien quisiese hacerse cargo de los barriles que tenían comprados en el mercado, algo nunca antes visto.

En marzo de ese año, en uno de los peores momentos para los mercados por la llegada de la pandemia de Covid, los grandes productores de petróleo se reunían para tomar acciones conjuntas y evitar un descalabro de los precios. Sin embargo, Rusia decidió no aparecer en la reunión de ese mes, un desplante que llevó a Arabia Saudí a decidir abrir los grifos de la producción hasta los topes y recortar sus precios de exportación. El objetivo era obligar a Rusia a entrar en razón por la fuerza, con la confianza de que la economía del país soviético no podría aguantar como la saudí en un periodo de petróleo barato.

El acuerdo que se quería conseguir entonces suponía un recorte de producción de 1,7 millones de barriles diarios entre todos, menos de la mitad de los 5 millones de barriles (el 5% de la producción mundial), que aplican en este momento, y que pretenden ampliar de cara a 2024. En este momento la OPEP está produciendo a un 82% de su capacidad: unos 28 millones de barriles, frente a los 34 millones que podrían producir entre todos, y esto, sin tener en cuenta a Rusia. Arabia Saudí, por su parte, está produciendo unos 9 millones de barriles diarios, cuando podría alcanzar los 12 millones, según los datos que publica Bloomberg.

En apenas un mes, las dos partes resolvieron sus diferencias, en parte gracias a la mediación de Estados Unidos, y acordaron sumar fuerzas y hacer un frente común para recortar la oferta de petróleo y forzar a los precios a volver a subir. Desde entonces la OPEP+ ha mantenido siempre la oferta limitada, llegando a los 5 millones de barriles actuales, y consiguiendo, a principios de 2022, que el barril Brent volviese a superar los 120 dólares en su cotización.

Las probabilidades de un nuevo acuerdo

La guerra de precios entre los productores es el escenario extremo que se plantea en este momento, pero también existe la posibilidad de que las distintas partes acuerden mantener el recorte de oferta en los 5 millones de barriles actuales. Desde Citi no esperan recortes adicionales, con una probabilidad de un 20% de que haya un incremento en el deterioro de la oferta, una probabilidad que Goldman Sachs data en un 33%.

Para Citi, lo más probable es que se amplíen los acuerdos actuales, durante el primer trimestre de este año, y consideran que este pacto será suficiente para mantener los precios del barril en el entorno de los 80 dólares, los niveles actuales, pero no por encima de estos precios. "Si finalmente se produce este acuerdo que esperamos, el balance entre la oferta y la demanda debería ser un poco menos estrecho en 2024, lo que desembocará en una debilidad de precios a finales del invierno actual, y principios de la próxima primavera", explican desde Citi. A partir de ese nivel, Arabia tendrá que volver a pelear con sus socios una extensión del pacto. "El debate clave es si Arabia será capaz de socializar sus recortes de producción a partir de ese momento", indica el banco estadounidense. Así, es posible que el culebrón entre el cártel de productores se vuelva a repetir en pocos meses.


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