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El grupo británico Dixons Retail, propietario de la cadena PC City, anunció la semana pasada que el mercado español está estancado y que está estudiando su retirada.
La decisión final se tiene que tomar antes del próximo 30 de abril, pero la compañía ha empezado a comunicar ya a sus proveedores la extinción de contratos, según han confirmado algunos de ellos a este periódico. "Nos han dicho que están dejando las cuentas a cero, que el cierre es ya un hecho y que no van a seguir haciendo compras", dice uno de estos proveedores.
Aunque PC City, propietaria todavía de 34 tiendas en España, insiste en que habrá que esperar y que todavía no hay nada en firme, lo cierto es que su situación financiera es dramática. De acuerdo con las cuentas presentadas al Registro Mercantil de Madrid, la cadena de tiendas de informática cerró el último ejercicio, el 30 de abril de 2010, con unos fondos propios negativos de casi 92 millones de euros.
Deloitte, la firma que se ha encargado de auditar las cuentas, asegura en su informe que al cierre de abril de 2010, Dixons "tenía concedido a la sociedad un importe de 113 millones de euros, que la legislación vigente permite computar como patrimonio a efectos de lo previsto en la legislación mercantil", evitando así entrar, pese a este desfase patrimonial, en causa de disolución.
Números rojos
Pero no sólo es eso. Aunque consiguió reducir sensiblemente los números rojos, hasta 8,1 millones de euros, las cuentas reflejan pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores por otros 120 millones adicionales. Y ello en un entorno en el que las ventas no paran además de caer. El grupo no desagrega los resultados por países, pero las cuentas del Registro no dejan ningún lugar a duda. En plena crisis económica y de parón del consumo, la facturación se ha reducido un 17,8% en los tres últimos años, hasta 239,5 millones de euros.
"El volumen de negocio disminuyó un 12,5% en el último año como consecuencia del cierre de once tiendas, lo que se ve parcialmente compensado con la apertura de una nueva en Vigo y el efecto positivo del plan de transformación de establecimientos", asegura el grupo en su informe de gestión.
Pero las perspectivas no son demasiado optimistas. De hecho, y aunque todavía no hay datos cerrados, a raíz de los últimos comunicados remitidos por el grupo a la Bolsa de Londres, todo indica que la facturación estaría sufriendo también una nueva caída durante este año.
"Con el entorno del consumo en España mostrando nuevos signos de debilidad, el grupo ha iniciado un periodo de análisis para estudiar todas las opciones posibles, que incluyen una potencial salida de las operaciones", aseguró la compañía.
Dixons reconoció que España es un país "deficitario", sobre todo porque "la confianza de los consumidores es frágil y se prevé que continúe así en el futuro próximo" y estimó que el fin de sus operaciones en España ahorraría a la compañía aproximadamente 5 millones de libras (5,7 millones de euros) en pérdidas, que serían las correspondientes al ejercicio que cerrará a finales de este mes.
La salida de España, en cualquier caso, no es complicada, porque la duración media de los contratos de arrendamiento de las tiendas que aún conserva -llegó a tener más de 40- tienen una duración inferior a los cuatro años. En 2010, la empresa redujo ya su plantilla un 12%, hasta 1.366 trabajadores, lo que supuso la salida de 192 personas, acometiendo un severo plan de ajuste que, sin embargo, no parece haber dado resultados.
Por Javier Romera from eleconomista.es 05/04/2011
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