lunes, 11 de julio de 2011

Lo que más enfurece a los washingtonianos


Foto from ABC.es

El metro con mayor número de escaleras mecánicas de Norteamérica es el de Washington. Tiene 588, entre ellas algunas de las más largas del mundo. Pero lo que en su día fue orgullo de los washingtonianos -un sistema de suburbano creado en la década de 1970 y por tanto más moderno que el de Nueva York, solo aventajado por éste en EEUU en número de pasajeros- se ha convertido en suplicio diario. Habitualmente hay unas cien escaleras que no funcionan, y las reparaciones duran incluso semanas, meses en algunos casos. Yo mismo fui víctima nada más llegar a la ciudad, precisamente cuando, cargado con maletas, más necesarias son las escaleras mecánicas. Luego no ha habido desplazamiento que en la estación de partida o de llegada, para bajar o para subir, no hubiera unas escaleras fuera de servicio. Como no suele haber otro tipo de escaleras (los ascensores son pocos y pequeños), el proceso de reparación de unas obliga a paralizar las otras con el fin de que los viajeros puedan utilizarla en ambos sentidos. Pensé que era una obsesión personal, hasta que comprobé que el malestar por el incordio aparece en todo tipo de conversaciones y es titular en los medios.
No ocurre nada así, al menos en el mismo grado, en ninguna ciudad del primer mundo. La situación ha obligado a la empresa, Metrorail, a crear un nuevo cargo, un "superintendente general para los programas de ascensores y escaleras", al que se le ha dado la orden de resolver la humillante situación. Primero está el hecho de partida de que en EEUU la inversión pública es reducida, por lo que las infraestructuras que se construyen cuentan con escasas partidas de mantenimiento. Metrorail no quiso incluir en el contrato de adquisición de escaleras su mantenimiento, para ahorrarse dinero. Pero además hay varias especificidades del caso de Washington que explican el desastre.
Al construirse en época más o menos reciente, la red de 'subway' pudo trazarse a mayor profundidad, dada la existencia de tecnología para ello. Eso dio lugar a estaciones profundas (la de Forest Glen está 21 pisos bajo tierra), con largas escaleras mecánicas (las de la estación de Wheaton tienen el récord de toda América, con 70 metros de longitud) que muchas veces llegan hasta la misma calle, con lo que se ven muy afectadas por la lluvia de tormentas y el fuerte calor y humedad del clima de Washington. Como algunas de las empresas que construyeron las escaleras han cerrado, además hay escasez o inexistencia de piezas de recambio.
Por  Emili J Blasco from blogs de ABC.es  09/07/2011

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