viernes, 12 de abril de 2024

Malos tiempos para los filántropos: por qué ya nadie cree que donar dinero a los pobres mejore el mundo



El multimillonario más filántropo, George Soros, y a la par el epicentro de todas las conspiraciones globalistas. 
(Lisi Niesner/Reuters)



El altruismo efectivo nació como una filosofía que pretendía arreglar los problemas de desigualdad y pobreza siguiendo un método muy calculado. Ahora, parece que ha fracasado. ¿Por qué?




Vas caminando por el campo y descubres que hay un niño pequeño ahogándose en un estanque poco profundo. Sabes que puedes salvarle, porque eres más alto que él, pero hay algo que se interpone en tu camino: los preciosos zapatos que te acabas de comprar y que sabes que se estropearán en cuanto pises el fondo del estanque. ¿Qué decides? ¿Salvas al niño a pesar de que ya no puedas volver a usar esos zapatos que te han costado tanto? Y lo más importante: ¿A qué razón atribuirás tu decisión?

Este dilema es uno de los más influyentes del mundo, pronunciado por el filósofo australiano Peter Singer hace ya unas cuantas décadas. A diferencia de Hobbes, Singer argumentaba que el hombre era bueno por naturaleza, y que la mayoría de las personas que se pudieran encontrar ante una situación similar habrían optado por seguir la obligación moral de salvar al pobre niño. Por esto mismo, se le considera como el padre del altruismo efectivo moderno (conocido por las siglas EA), una corriente filosófica que despuntó muchísimo en las élites empresariales, tecnológicas e intelectuales de Estados Unidos hace años, y cuyos efectos podemos verlos en las olas de altruismo que ha habido en los últimos años entre aquellos que amasan grandes cantidades dinero.

Cuando pensamos en millonarios altruistas, seguramente nos venga a la cabeza el archienemigo global George Soros, epicentro de todas las conspiraciones. Pero también el joven rostro de Sam Bankman-Fried, quien saltó a la palestra mundial como el autor intelectual de una de las mayores estafas de toda la historia de Estados Unidos, basada en un fraude en sus negocios con criptomonedas con sus dos empresas Alameda Research y FTX que sacudió todo el mundo cripto. Este "nerd de las matemáticas", como le apodaba la prensa económica, se había convertido en el multimillonario más rico del mundo por debajo de los 31 años. Nada más hacerse de oro, invirtió una gran parte de su fortuna en donaciones a países desarrollo para educación y prevención de enfermedades, hasta el punto de rivalizar con el filántropo más famoso, el propio Soros.


La junta directiva de OpenAI, quien lanzó al mundo ChatGPT, "está llena de altruistas eficaces"

Bankman-Fried había mamado desde pequeño los valores de la filosofía utilitarista de Singer, al igual que la mayoría de sus compañeros en el célebre Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en el que estudió de 2010 a 2014. "Aquí, en Silicon Valley, el altruismo efectivo se ha convertido en una religión secular de las élites", asegura Leif Wenar, profesor de Humanidades en Stanford, quien ha pasado gran parte de su vida estudiando esta corriente filosófica y lo mucho que ha colado dentro de los millonarios. Sin ir más lejos, la junta directiva de OpenAI, quien lanzó al mundo ChatGPT, "está llena de altruistas eficaces" y las academias de tecnología más prestigiosas de Estados Unidos tienen a grandes especializados en el punto de vista que inventó Singer.


Del "altruismo eficaz" al "altruismo defectuoso"

Pero ahora, según Wenar, el altruismo eficaz está cayendo en desgracia, sobre todo desde el descalabro de Bankman-Fried. Cuando antes todo el mundo le veneraba por haber revolucionado el mundo cripto y a la par despacharse en acciones benéficas, al haber sido pillado por fraude todos sus colegas le dieron la espalda. "Los filósofos que fundaron el altruismo eficaz se apresuraron a enmarcar a Bankman-Fried como un pecador que se desvió de su fe", remarca el profesor en un artículo reciente de la revista Wired. Particularmente, ya hablamos de uno de ellos en otro artículo, William MacAskill, quien desarrolló una ideología surgida del EA, denominada "largoplacismo radical", que logró encandilar a grandes fortunas del ámbito tecnológico como Elon Musk.

Pero volvamos a Singer para desarrollar brevemente el argumento inicial con el que dio a luz el altruismo efectivo. El dilema del niño ahogándose no solo apela a la obligación moral de salvarlo, sino a tratar de implementar todos los medios necesarios para socorrerlo y que a ningún otro niño le ocurra lo mismo. De ahí que la corriente se defina como utilitarista, ya que Singer establecía una relación entre los costes (los zapatos nuevos) y los beneficios (la vida del niño), defendiendo que todo el dinero que una persona podría gastarse en unos zapatos nuevos podría equivaler, según este caso, a una vida humana. Entonces, lo lógico es pensar que si todos donásemos una cantidad de dinero similar a lo que cuestan unos zapatos caros, podríamos salvar muchísimas vidas humanas que están condenadas al hambre, la pobreza, la enfermedad o la desalfabetización.

Wenar narra cómo acabó absolutamente convencido por los argumentos del altruismo eficaz. Eran los años 90 y los filántropos habían descubierto que siendo solidarios podrían salvar millones de vidas. Pero muchas veces el dinero no lo es todo, más aún para personas que no saben realmente qué hacer con él. Pensemos, por ejemplo, en intentar paliar los casos de malaria en algunos países de África, una enfermedad que se transmite a través de los mosquitos. Un grupo de millonarios podría razonar en destinar parte de su ingente fortuna en llenar de mosquiteras poblaciones locales diezmadas por esta enfermedad. Pero, viviendo en un entorno tan empobrecido, nadie les diría que en vez de usar esas mosquiteras para frenar el avance de la malaria las usaran para pescar indiscriminadamente, lo que acabaría provocando que la enfermedad se seguiría extendiendo y, a la par, un desastre medioambiental sin precedentes en la región.


El caso de GiveWell

Por otro lado, destinar millones de euros a las poblaciones más pobres del globo terráqueo no te garantiza que ese dinero se use de manera eficaz. Puede que haya grupos locales que se dediquen a robar el dinero de las familias que han recibido ese estipendio, que a pesar de ser otorgado con buena voluntad, acaba produciendo una guerra civil en la región que se ha decidido ayudar. El problema, reflexiona Wenar, no es la buena voluntad de los millonarios, sino la falta de cálculo de muchos de ellos lo que acaba produciendo que el remedio sea mucho peor que la enfermedad.


"Hay estudios que demuestran que, cuando estas ONGs contratan a personal sanitario independiente, la mortalidad infantil aumenta o la ayuda puede ir a parar a grupos armados"


Para que exista cierta confianza en que los grupos desfavorecidos sepan aprovechar bien las donaciones, así como que no haya ningún tipo de trampa en el donativo que se quiere otorgar, han surgido organizaciones que evalúan la eficacia de estas donaciones. Wenar menciona especialmente el caso de GiveWell, una organización nacida en 2007 que tuvo mucha notoriedad en los últimos años por su enfoque riguroso basado en análisis cuantitativos de la cantidad de dinero acordada a donar. Precisamente, su fallo radica en no hacer un análisis cualitativo sobre las ayudas económicas que se destinan. Un fallo que analizó pormenorizadamente el foro más famoso del altruismo efectivo.

El caso de los mosquiteros es un ejemplo. Against Malaria Foundation (AMF), una de las ONG que más recomienda en su página web, es precisamente la que llevó a cabo esta obra benéfica destinada a acabar con la malaria. "Un tercio de los mosquiteros no están colgados sobre las camas cuando los monitores regresaron a las poblaciones locales", asegura Wenar. Como es obvio, en ningún momento se hacen eco de los fallos de su ONG promocionada, por muy flagrantes que sean. "GiveWell no tiene en cuenta muchos de los efectos negativos de la caridad. "Hay estudios que demuestran que, cuando estas ONGs contratan a personal sanitario independiente, la mortalidad infantil aumenta o la ayuda puede ir a parar a grupos armados".

Finalmente, el profesor recoge el término de "altruismo defectuoso" o "imperialismo altruista" de Ken Berger y Robert M. Penna, quienes recogieron en un paper de la Universidad de Stanford que servía para criticar estas formas de caridad poco justas y deficientes. "El enfoque de GiveWell no tiene en cuenta ayudar a las víctimas de desastres naturales, por ejemplo, sino que tiene una fijación con todas las que se ocupan de los problemas de nutrición o de salud", aseguraron los autores. "El altruismo defectuoso nos llevará hacia una forma más centralizada de donar, en la que los expertos deciden dónde va el dinero, en lugar de los donantes individuales".

Sea como sea, algo ha cambiado en la sociedad global, que cada vez más percibe que estas formas de caridad son más ineficientes; a la vista está que la brecha entre ricos y pobres ha aumentado a nivel mundial y los problemas de los países más desfavorecidos no han terminado de arreglarse, sino al contrario. A veces no basta con donar dinero para que el niño del estanque de Singer no se ahogue, sino salvarle sin miramientos y luego mirarle a los ojos para preguntarle qué es lo que necesita sin ningún tipo de intermediarios.