Foto from roma.exprimehoteles.com
Los romanos afrontan, entre el miedo y el escepticismo, una profecía que vaticinó un seísmo que arrasaría la ciudad.
La alerta y la cuenta atrás han empezado en Italia, en concreto en Roma, y todo porque mañana es 11 de mayo, el día en que un pseudocientífico transalpino llamado Raffaele Bendandi predijo que la capital de Italia sería destruida por un gran terremoto.
Desde hace dos años corre por Internet la información de que Roma será sacudida por un gran seísmo que acabará por completo con la ciudad. Bendandi, sismólogo y astrónomo autodidacta que falleció en 1979, ganó fama y credibilidad a raíz de su predicción cuando era joven de un terremoto en la localidad de Messina que acabó con la vida de 100.000 personas. También auguró otros como el de la región de Friuli (en el norte de Italia), en 1976, y el del 2 de enero de 1924 en la villa de Senigallia. Elaboró una teoría acientífica sobre la relación de los cuerpos celestes del sistema solar y los movimientos telúricos y basó sus predicciones en el estudio de las fechas de terremotos pasados para predecir los futuros.
Con estos precedentes es entendible que una parte de los romanos viva a estas horas pendiente del suelo y del reloj, entre la superstición y la profecía. Sin embargo, muchos otros ven con sonsonete esta "profecía" y hablan abiertamente de un fraude que solo genera desconfianza en el turismo.
Aparentemente no hay motivos contrastados para una alarma, ya que el Instituto de Geofísica asegura que no hay motivos para la alarma. Según los especialistas consultados por el rotativo Corriere Della Sera se puede predecir mediante la estadística y la situación de las placas tectónicas las localizaciones geográficas proclives a sufrir seísmos pero no la localización temporal de los mismos.
Las escuelas en la zona estarán mañana abiertas con normalidad, pero es significativo, como resaltan algunos medios italianos, que los permisos entre los empleados públicos hayan aumentado el 18% en relación al 11 de mayo del año pasado.
En cualquier caso el temor, infundado o no, es incontrolable, de modo que para calmar a una parte de una población que pueda sentir miedo por ser propensa a este tipo de creencias, la RAI ha emitido algunos programas para calmar el ansia.
Y es que el recuerdo del terremoto de L'Aquila, que hace poco más de dos años sepultó la vida de 300 personas –fue el último seísmo de gran magnitud en Europa-, está aún en la retina de muchos italianos.
From lavanguardia.es 10/05/2011
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