sábado, 11 de junio de 2011

¿Está China dando marcha atrás en África?


Foto from Cotizalia.com

Hace ya algún tiempo que dejó de ser novedoso hablar de la colonización económica de China sobre África. En los últimos tiempos, el debate ha venido dividiendo a quienes piensan que se trata de algo básicamente beneficioso para el continente negro y quienes creen identificar una nueva potencia imperialista con intenciones aviesas. Pero la magnitud de las cifras no se discute: a finales de 2010 había más de 2.000 grandes compañías chinas operando en África y sus inversiones superaban con creces los 32.000 millones de dólares. No sólo eso: el gigante asiático se había convertido, silenciosamente, en el mayor socio comercial del continente olvidado.
Hasta hace cuestión de meses, el proceso se consideraba “imparable”. Sin embargo, parece estar sufriendo un significativo pinchazo. Las revueltas democráticas del norte de África y Oriente Medio, la división en dos de Sudán, la concienciación de una clase política cada vez más reacia a dar carta blanca al “amigo oriental” y otra serie de factores, están haciendo mella en los consejos de administración de las grandes compañías chinas. Análisis recientes sugieren, incluso, un cambio de estrategia en los planes quinquenales, un golpe de timón desde muy arriba para reducir gradualmente la presencia en el continente negro y centrar el esfuerzo inversor y comercial en el relativamente estable entorno asiático, así como en las potencias emergentes sólidas, como por ejemplo Brasil.
Parece que las insurrecciones democráticas del norte de África han asustado mucho a las empresas estatales. Algo lógico, teniendo en cuenta que con Libia, Egipto, Sudán, Argelia y Marruecos (y en menor medida con Túnez) se habían cerrado acuerdos millonarios en los últimos años. Según cifras del Ministerio de Comercio, los contratos firmados por empresas chinas han caído ya un 70,8% en Argelia y un 46,9 en Libia. Por razones obvias, las pérdidas económicas son especialmente abultadas en este último país. Tras estallar la insurrección en la costa este, Pekín repatrió a 36.000 ciudadanos chinos. Una estimación optimista cifra en 3.000 millones de dólares las pérdidas. Entre otras cosas, el Gobierno chino ha tenido que ver, desde la barrera e impotente, como ardían varias refinerías de Sinopec.
Un paso atrás temporal
Desde las instituciones se habla de un simple paso atrás. Forzoso y probablemente pasajero. Hasta que escampe. En entrevista telefónica, el profesor Zhang Chun Yu, investigador del Instituto de Oriente Medio y África, me aseguraba que “la inestabilidad de esos países tendrá consecuencias para toda la región, no sólo para África, así que es lógico que las inversiones estén disminuyendo mucho, o incluso desapareciendo, pero a corto plazo”. El experto cree que las empresas estatales permanecerán expectantes, “a ver qué ocurre cuando se calmen las cosas”, pero admite que será mucho más difícil con la inversión privada china, que también la hay. “Ellos son más sensibles al riesgo y su aportación se reducirá mucho, sin duda alguna”.
Otro factor que parece estar condicionando el repliegue de las empresas chinas en África es el cambio de actitud de sus líderes en el área subsahariana y el creciente recelo de la propia población, que ha protagonizado manifestaciones y ataques contra los intereses chinos en varios países. “Más allá del riesgo político, invertir en África ha dejado de ser lo que era. Abrir una mina ya no es tan fácil. Ahora nos exigen tener en cuenta el medio ambiente, dar empleo a población local y beneficiar de algún modo la economía del país”, admitía una fuente del Ministerio de Comercio citada por la publicación china Economic Observer.
El propio perfil inversor de China es el mejor argumento a favor de quienes piensan que su repliegue de África es sólo temporal. Lo cierto es que el gigante asiático no ha dudado en embarrarse en lugares como Irak, Afganistán o Sudán. Entrando, con muchos millones por delante, en minas, infraestructuras y pozos petrolíferos situados en regiones donde pocas o ninguna empresa occidental había querido arriesgar su dinero. El tiempo dirá.

Por Ángel Villarino   from Cotizalia.com   10/06/2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.