lunes, 11 de julio de 2011

Bruselas arremete contra las agencias y Frankfurt se basa en su análisis


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¿Quién define si un país está en moratoria? Las agencias de rating | Las rebajas de las agencias solamente aceleran lo que va a ocurrir.
En un briefing con periodistas en Londres el mes pasado, el máximo responsable de análisis de deuda soberana de la zona euro de una de las grandes agencias de rating temblaba visiblemente al ser preguntado si aplicaría la etiqueta de default a una involucración "voluntaria" de la banca en el rescate a Grecia.
No era de extrañar. Las agencias –las estadounidenses Standard & Poor's y Moody's, la gala Fitch y la más pequeña canadiense DBRS– se someten en estos momentos a criticas desde todos los lados. Son un "oligopolio" que debe ser "roto", sentenció el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schaüble, tras la decisión de Moody's de rebajar Portugal al nivel de bono basura la semana pasada. Jean-Claude Trichet, gobernador del BCE, dijo lo mismo el día después. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, lamentó la falta de conocimientos de los economistas de las agencias: "Nuestras instituciones conocen mejor el país (Portugal) que ellos", dijo.
Pocos dudan de que las agencias hayan agravado el devastador ciclo de expansión y colapso de los últimos años. Sus calificaciones son siempre pro cíclicas. En tiempos de euforia, alimentan la burbuja. En momentos de colapso, la deshinchan más. Hace cuatro años las agencias calificaron instrumentos financieros avalados por las hipotecas basura en EE.UU. como activos triple A. Valoraban la deuda portuguesa y griega como si fuera alemana. Ahora, sus previsiones provocan bajadas en cascada. "Es como si el hombre del tiempo agravase las tormentas que vaticina", dijo un economista de una universidad europea.
Pero hay un problema con la ola de críticas a las agencias. Si las instituciones europeas consideran que son un oligopolio opaco con escasos conocimientos de los países europeos, ¿cómo se explica que el Banco Central Europeo haya condicionado todas sus políticas de liquidez del último año a las valoraciones de Moody's, S&P y Fitch respecto a lo que constituye un default (impago)?
En Grecia, el banco central ha advertido repetidamente que cualquier reestructuración que constituye un default provocará la suspensión de las operaciones de liquidez, colapsando el sistema de pagos griego. La misma advertencia se ha empleado para amenazar a Irlanda en su intento de aplicar una quita a los tenedores de bonos de sus bancos. ¿Quién define lo que es un default? Pues, las agencias de rating.
"El BCE ha hecho un outsourcing (externalización al sector privado) de sus responsabilidades de análisis de riesgo", dice Paul de Grauwe, de la Universidad de Leuven en Bélgica. De Grauwe califica como "peor que hipocresía" las criticas de los líderes europeos. "Las agencias agravan el problema, pero, en estos momentos, sirven como cabeza de turco para una gestión desastrosa de la crisis".
Esta semana, tras la decisión de Moody's, el banco central ha abandonando su política de rechazar deuda basura como aval de sus créditos a Portugal, tal y como hizo en la primavera del 2010 con Grecia. Pero sigue insistiendo en que cualquier default –definido por las agencias– provocaría la suspensión de sus operaciones de liquidez.
¿Por qué se sigue haciendo tanto caso a las agencias después de décadas –desde la crisis asiática en 1998– de intervenciones pro cíclicas y análisis poco matizados? "Es un misterio", dice Ha-Joon Chang, el economista surcoreano de la Universidad de Cambridge. "Quizás, porque, con la globalización financiera, la gente invierte en productos y países que ni saben qué son ni dónde están y necesitan algún asesoramiento por malo que sea". Increíblemente esto parece incluir al BCE en sus valoraciones de Grecia, Portugal e Irlanda.
La disfuncionalidad institucional de la zona euro se ha puesto de manifiesto una vez más en el plan de involucración de los acreedores privados en la nueva fase del rescate griego anunciado a bombo y platillo por Nicolas Sarkozy hace dos semanas. Para satisfacer al BCE, se acordó que este bail-in bancario debía evitar, a toda costa, ser calificado como default por las agencias.
Pero las agencias insisten en que una moratoria voluntaria es una contradicción de términos. Y muchos economistas creen que tienen razón. "Las agencias aciertan al calificar el plan de Sarkozy como default", dijo Carmen Reinhart, la influyente economista del Peterson Institute en Washington. "Si cambian las condiciones del contrato del crédito es una moratoria, así de simple; las agencias están haciendo el trabajo que les corresponde". Reinhart califica el papel del BCE de "muy poco inspirado"
Una solución salomónica que beneficie a deudores y acreedores es una fantasía, advierte Leigh Skene de Lombard Street Research en Canadá. "El plan franco-alemán no ayudará a Grecia a resolver sus problemas". Hace falta una quita de hasta el 65% sobre el valor de la deuda, sostiene. Y no sólo en Grecia: "La reestructuración en Portugal e Irlanda es inevitable también", dice Reinhart. Por mucho que Bruselas dispare al mensajero, las rebajas sólo aceleran lo inevitable.

REFORMAS A MEDIO PLAZO
Catalizadoras de la euforia y del pánico
Las agencias de calificacion difícilmente pueden considerarse los responsables de esta crisis de solvencia en la zona euro. Pero hay muchos motivos para tomar medidas destinadas a reducir su influencia. Primero, existe escasa competencia entre las tres agencias grandes. De ahí, las críticas de que forman un oligopolio. Segundo, hay conflictos de interés ya que los clientes de las agencias en muchos casos son los vendedores los productos que califican. Tercero, las agencias agravan el comportamiento gregario de los mercados. Son catalizadoras de euforia y de pánico, acelerando tendencias ya presentes en los mercados. La rebaja de la deuda soberana portuguesa, por ejemplo, "afectará automáticamente a todas las empresas lusas porque no podrán entrar en índices de inversiones si su país no llega a grado de inversión", dijo Stefan Isaacs, analista de M&G Investment en Londres. "Lo mismo va a ocurrir si hay nuevas rebajas de la deuda española; afectará a empresas, no existen en un vacío".
¿Que se puede hacer?
A medio plazo, "crear una agencia de calificación pública que compita con las privadas; establecer una estructura de incentivos para que las agencias cobren al comprador y al vendedor de los productos que califican,y facilitar las demandas judiciales de quienes se sienten perjudicados por sus decisiones", dice el economista Hoo-Jan Chang.
Pero, por el momento, estas reformas son de importancia secundaria. En esta crisis, cualquier agencia de calificación tiene la obligación de advertir sobre la posibilidad de múltiples moratorias . "Es su deber", resume Carmen Reinhart.

Los jueces del mercado financiero
S&P, de los ferrocarriles a la burbuja islandesa
Como su rival complementaria Moody’s, con un 40% del mercado mundial para cada una, Standard & Poor’s empezó a finales del XIX por la voluntad de unos emprendedores de ofrecer información sobre las compañías ferroviarias. Así empezó McGraw-Hill, que en 1966 tuvo el acierto de comprar S&P para ampliar su capacidad de análisis financiera y convertirse en imprescindible. Entre sus accionistas figuran los fondos Capital Group y Blackrock (ambos con participaciones similares en Moody’s). Hinchó la burbuja manipulando sus valoraciones en forma de triple A para Islandia... 
Fitch, la tercera agencia en discordia, es francesa
Fundada por John Knowles en 1913, se internacionalizó con IBCA en Londres en 1997, y hoy es propiedad en un 60% del holding francés Fimalac. Es una NRSRO (Nationally Recognized Statistical Rating Organization). Pero se ha desmarcado de hacer un seguimiento rutinario de las dos grandes compañías estadounidenses y ha ido creciendo hasta acercarse al 15% de la cuota del mercado mundial del rating, ganándose paulatinamente una reputación similar a sus dos hermanas mayores. No fue tan agresiva en el diseño de títulos financieros garantizados por hipotecas de riesgo entre el 2002 y el 2006.
John Moody’s descubrió la “mina de oro”
John Moody's fue el tipo emprendedor que empezó en Wall Street ganando 20 dólares por semana en 1890 y en quince años cayó en la cuenta de que quien fuese capaz de ofrecer información fiable sobre bonos empresariales, municipales y de las ferroviarias tendría "una mina de oro" en su poder. En 1924, ya ponía nota a toda la deuda de EE.UU. Enseguida se convirtió en un siamés de S&P en lo que, de hecho, es un duopolio, con un tercero en el 15%. Además de Capital Group, su segundo mayor accionista es el fondo Bershire Heathway de Warren Buffett. Hoy numerosos fondos requieren las opiniones de ambos gigantes antes de tomar sus decisiones.

Por Andy Robinson  from lavanguardia.com  10/07/2011

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