Foto from grecia.pordescubrir.com
- Alemanes y británicos empiezan a 'colonizar' destinos turísticos del país heleno
- En la costa hay terreno por construir y muchas antiguas casas deshabitadas
- El precio de una vivienda en una de sus ínsulas va de 100.000 € a 1,5 millones
Hace décadas que inventaron una nueva forma de colonización: la turística. Compraron casas 'a dos duros' para sus bolsillos y establecieron su segundo hogar en el paraíso de sol, playa y comida buena y barata que les daba España y que no encontraban en su país. Los viajeros alemanes y británicos han hecho un poco más suyos que nuestros destinos de verano como Mallorca o Marbella. En esta invasión inmobiliaria ahora le toca el turno a Grecia, cuyas turísticas islas están empezando a llenarse de propietarios de la Europa más adinerada.
En pleno colapso económico del país griego, hay quien sugería la posibilidad de que el país helénico pusiera el cartel de se vende en alguna de sus islas para afrontar la inmensa deuda que acumula. Aunque esta hipótesis está lejos de ser una realidad 'de Estado', sí lo es ya para muchos particulares procedentes de la Europa mas 'fría'.
La posibilidad de una isla atrae: una casita blanquiazul en medio del Egeo, en una zona aún sin explotar, con sol y el termómetro elevado garantizados más de la mitad del ano y buena gastronomía. Todo a un precio asequible para los bolsillos de los estados más pudientes.
"Cada vez hay más turistas procedentes de los países del norte que están comprando casas para veranear. Muchos son jubilados que aprovechan que aquí hace buen tiempo de marzo hasta diciembre y se instalan en la costa la mitad del año", explica Yannis, propietario de un hotel en la isla de Santorini.
El mercado inmobiliario en las islas griegas no es comparable, eso sí, al español. Ni las más turísticas como Santorini o Myconos tienen el recorrido urbanístico de lugares como Marbella, Mallorca o Ibiza, donde compradores alemanes y británicos ya tienen sus colonias particulares. A diferencia de las pobladas playas españolas, donde la estrategia política y económica ha favorecido la construcción masiva de viviendas para jubilados extranjeros, en la costa griega aún queda todo el terreno por construir y muchas antiguas casas deshabitadas y con encanto que comprar.
Viviendas por 100.000 euros
El Egeo permanece aún virgen y esto, además, se nota en el bolsillo. El precio de una vivienda en una de sus ínsulas oscila entre los 100.000 euros y 1,5 millones de euros. En la isla de Andros, por ejemplo, es posible adquirir una casa de 120 metros cuadrados con 4.500 metros 'extra' de terreno por 250.000 euros, aunque si reducimos el tamaño del hogar a una casita baja en el corazón del pueblo el coste se reduce a 100.000. La más cara es Myconos, la Ibiza helénica, con precios que rozan el millón de euros.
Francia ha instalado su bandera en la isla de Paros, en el archipiélago de las Cicladas. El francés se ha convertido ya en la segunda lengua, tras el griego, en esta ínsula de poco más de 15.000 habitantes. "Muchos hasta se han instalado aquí definitivamente y han abierto negocios de los que viven durante los meses turísticos", señala la francesa Sophie, afincada en Grecia y propietaria de un restaurante que ahora ha puesto en venta.
Porque la crisis, castigo para los residentes, se ha convertido sin embargo en una oportunidad de negocio para los foráneos. "Hay griegos de la parte continental que tenían establecimientos en las islas y trabajaban aquí la mitad del año. A raíz de la crisis algunos han tenido que cerrar y al no poder permitirse el pago de una segunda residencia se han visto obligados a vender su casita junto al mar", señala Constantinos, funcionario en el ayuntamiento de Santorini.
Oportunidad que han aprovechado los turistas fieles al verano griego. "Con lo que invierten en hotel, restaurantes y gastos de vacaciones en un mes liquidan la hipoteca de varios", asegura el griego. No obstante, el experto apunta que la incipiente colonización urbanística está aún 'en pañales'. Afortunadamente para los griegos, sus playas están aún lejos de parecerse a las masificadas costas españolas.
Por Raquel Villaécija | Santorini (Grecia) from elmundo.es 20/07/2011
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