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¿Moda absurda o innovadora solución contra el calor?
En Japón han adquirido gran popularidad los aerosoles y geles con los que refrescarse frente a las altas temperaturas.
Mientras entramos en la parte más calurosa del verano, ya hay quien no ha esperado a que fuera demasiado tarde para mostrar nuevas formas de combatir las altas temperaturas.
Entre invento científico y moda estival, nos llega desde Japón un método con el que reducir la sensación térmica. Se trata de una gama de espumas y geles de «efecto frío».
Se trata de esprais que están siendo ya todo un éxito de ventas en el país nipón. La idea, además, está basada en el concepto de ahorro de energía –en este caso aire acondicionado y otros sistemas costosos o contaminantes-, según los fabricantes y los devotos de estos aerosoles.
El producto estrella se denomina «Hokkyoku Monogatari» (que significa «Cuentos del Polo Norte»), y que actúa después de ser rociado sobre la piel. El producto genera una especie de espuma moldeable, a la que se puede dar forma de una pulsera o un collar que tiene efecto refrigerante.
Una crema a menos 9 grados
El otro gran éxito del verano es «Chispa de hielo», otra solución para lidiar con el calor. Se presenta en forma de un gel que «burbujea en la piel del usuario», que alcanza una sensación térmica de hasta menos 9 grados centígrados.
El gel se seca por completo después de unos segundos. Según informa el fabricante, tiene un aroma cítrico fresco, y puede ser usado como desodorante.
Contraindicaciones
Las cremas de «efecto frío» tienen una larga tradición para deportistas, pero también son utilizadas por cosméticos, por ejemplo, para combatir la celulitis. Sin embargo, su empleo debe realizarse con especial cuidado.
«Este verano me eché una crema en piernas, brazos y espalda y, del frio que me dio, me tuve que duchar con agua hirviendo, dormí con una manta tapada hasta el cuello. Fue horrible, pero horrible, horrible», dice una usuaria en un foro de Internet especializado en estos productos.
Su experiencia es muy común entre los que no hacen uso de pequeñas cantidades de estas cremas y en principio en pequeñas zonas del cuerpo.
Entre invento científico y moda estival, nos llega desde Japón un método con el que reducir la sensación térmica. Se trata de una gama de espumas y geles de «efecto frío».
Se trata de esprais que están siendo ya todo un éxito de ventas en el país nipón. La idea, además, está basada en el concepto de ahorro de energía –en este caso aire acondicionado y otros sistemas costosos o contaminantes-, según los fabricantes y los devotos de estos aerosoles.
El producto estrella se denomina «Hokkyoku Monogatari» (que significa «Cuentos del Polo Norte»), y que actúa después de ser rociado sobre la piel. El producto genera una especie de espuma moldeable, a la que se puede dar forma de una pulsera o un collar que tiene efecto refrigerante.
Una crema a menos 9 grados
El otro gran éxito del verano es «Chispa de hielo», otra solución para lidiar con el calor. Se presenta en forma de un gel que «burbujea en la piel del usuario», que alcanza una sensación térmica de hasta menos 9 grados centígrados.
El gel se seca por completo después de unos segundos. Según informa el fabricante, tiene un aroma cítrico fresco, y puede ser usado como desodorante.
Contraindicaciones
Las cremas de «efecto frío» tienen una larga tradición para deportistas, pero también son utilizadas por cosméticos, por ejemplo, para combatir la celulitis. Sin embargo, su empleo debe realizarse con especial cuidado.
«Este verano me eché una crema en piernas, brazos y espalda y, del frio que me dio, me tuve que duchar con agua hirviendo, dormí con una manta tapada hasta el cuello. Fue horrible, pero horrible, horrible», dice una usuaria en un foro de Internet especializado en estos productos.
Su experiencia es muy común entre los que no hacen uso de pequeñas cantidades de estas cremas y en principio en pequeñas zonas del cuerpo.
Por I. Blanco – Nueva York - from larazon.es 11/07/2011
