jueves, 14 de julio de 2011

Turismo Responsable


Foto from elpais.com

Mendicidad, niños semiesclavos, turismo sexual… El turismo puede ser una gran herramienta para el desarrollo, especialmente en países pobres, pero este instrumento mal usado puede volverse en su contra con un impacto socioeconómico negativo. El Turismo Responsable tiene como objetivo que el viaje sea positivo para todos, teniendo en cuenta las consecuencias sociales, económicas y ambientales de la visita. Puede parecer complejo, pero todo se resume en una sola palabra: respeto.
A la hora de elegir nuestro destino a veces nos dejamos deslumbrar por el exotismo del lugar o simplemente por modas, pero es fundamental conocer la situación del país antes de decidirnos si queremos evitarnos sorpresas desagradables. Debemos tener especial atención con los países con conflictos políticos o donde se emplean trabajos forzados, a veces atractivos por su bajo coste, porque podemos vernos convertidos en cómplices de la violación de derechos humanos.
La diversidad es lo que mantiene con vida la Tierra, por ello es tan necesario que, ante este mundo globalizado, se conserve la variedad y esta riqueza cultural de sus pueblos. Lo mejor para respetar la cultura del lugar es impregnarnos de ella, interesarnos por conocerla y vivirla. Hay que evitar quedarnos en una burbuja, encerrarnos en los hoteles y conformarnos con visitas guiadas, hay que salir a vivir la realidad. Eso sí, cuidado con imponer nuestras costumbres, si viajamos a países pobres no podemos buscar las grandes comodidades sino adaptarnos a las posibilidades que nos ofrece nuestro destino.
Por eso es importante conocer sus costumbres, para respetarlas; además los habitantes nos lo agradecerán. A veces nos costará entender ciertas cosas pero hay que ser humildes ya que sin darnos cuenta podemos estar faltando al respeto. Es muy común que ocurra en el caso de la vestimenta ya que tenemos nuestros propios hábitos que pueden ser mal vistos en otros lugares. Por eso siempre es mejor evitar ropa llamativa, especialmente en los lugares de culto. Otra cosa para reflexionar es que una cámara de fotos puede ser muy invasiva, hay personas que se pueden sentir molestas y en consideración es nuestra responsabilidad preguntar antes de fotografiar.
Tratar bien a las personas es algo fundamental, hay que procurar siempre hablarles con cariño, tratar de no enfadarnos aunque no los entendamos o puedan ser muy insistentes, eso nos ayudará a evitar malentendidos. A veces el idioma puede ser una complicación pero está comprobado la comunicación no verbal es universal.
El mejor apoyo para su economía es el consumo local, es lo que marca la diferencia entre que el turismo sea un recurso para salir de la pobreza o que aumente la diferencie de clases. La gastronomía es uno de esos recursos, es genial probar las diferentes comidas y además contribuye a conservar la diversidad cultural.
El turismo sexual sigue estando presente, especialmente en ciertos países, y para esto no hay excusas: ni la “libertad” que brinda el país, ni el consentimiento de un menor, ni de su familia, incluso de la policía. Si sabes que está penado ¿qué cambia al cruzar la frontera?
Por último, no nos olvidemos del respeto por la naturaleza allá donde vayamos, evitando derrochar agua y energía (aunque no los pagues, los recursos tienen un precio), recogiendo nuestra basura y respetando a los seres vivos. Elegir el transporte público, además de ahorrar emisiones de CO2, nos permite conocer a los lugareños. No podéis imaginar la de personas que pueden llegar a entrar en una “combi” del Perú o sentados en un tren de infinitas horas en la India, eso no tiene precio, ¡hay que vivirlo!
Por Lucia Zuloaga  from blogs.elpais.com 13/07/2011

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