Ilustración de Elon MuskLUIS PAREJO
El término lo acuñó el dermatólogo estadounidense Paul Jarrod Frank. La pérdida de peso en la cara "es como una señal reveladora".
Es el nuevo botox, viagra o ansiolítico. Nadie reconoce que utiliza Ozempic pero los datos les traicionan: su propietaria, la compañía farmacéutica Novo Nordisk, se ha convertido en la empresa cotizada más valiosa de Europa, superando los 400.000 millones de euros de valor en Bolsa. Se creó para ayudar a regular el azúcar en sangre de las personas con diabetes tipo 2, pero se ha formado su fama por su capacidad para hacer perder hasta un 15% peso. Precisamente, son los que lo usan con este fin estético los que lo silencian.
Como todo, hay excepciones. Kim Kardashian confesó que lo consumió para enfundarse el mítico vestido con el que Marilyn Monroe cantó el cumpleaños feliz a JFK y Elon Musk en octubre del año pasado, le dedicó unas palabras. El CEO y dueño de Twitter escribió en su red social que le había ayudado a estar "en forma y saludable". Lo digan o no, hay un delator, la cara de Ozempic. El dermatólogo Paul Jarrod Frank, acuñó este término en una entrevista del New York Times. "Las personas que toman el fármaco para bajar de peso Ozempic pueden notar brazos más delgados y un estómago más plano, pero la rápida pérdida de peso está provocando una importante consecuencia no deseada: cara de Ozempic. Un rostro post Novo Nordisk es una combinación entre edad y rápida pérdida de peso. "Cuando conoces a alguien que viste hace no mucho y de repente ha perdido mucho peso, particularmente en esa área, es como una señal reveladora".
"Pero creo que eso siempre se pierde cuando adelgazas mucho ¿no?", reflexiona Ana.
Esta consumidora de Ozempic durante tres meses no quiere identificarse. "Si la gente no lo dice ¿por qué tengo que decirlo yo?". Esta mujer, de 45 años, cumple el estereotipo de consumidor de Ozempic que ni tiene diabetes ni es obesa, empezó con el fármaco en abril. "Mido 1,50. Siempre fui muy delgada, pesaba 45 kilos, pero a raíz de una operación y de consumir antidepresivos empecé a hincharme hasta ponerme cerca de los 65 kilogramos, en mi mente eso era una barbaridad". Su perfil es muy concreto: tiene un centro de estética, "ya sabes, tengo que tener una imagen", comenta.
¿A costa de qué? "Nunca olvidaré la primera noche que lo consumí. Fue un viernes, al día siguiente ya me sentía distinta: no me entraba nada. Esa sensación de saciedad a todas horas. Te cambia el sabor de las cosas, de la comida, de la bebida... De todo. el tabaco también me sabía fatal". En tres meses ha perdido siete kilos pero lo ha dejado porque ya no pierde más. "Tengo la misma sensación desagradable con la comida pero ya no adelgazo". Pierde alegría de vivir. Su momento feliz del día era tomarse una cerveza con su marido al llegar del trabajo, y, desde que empezó con el fármaco, a veces ni le apetece. Esto es anecdótico. También físicamente hay cosas que le descuadran: "Tengo los brazos y las piernas mucho más flácidas y eso no me ha pasado nunca", comenta. A sus clientas les dice que ha bajado de peso a través de la dieta.
NO ÉTICA
No hay Ozempic para todos. La altísima demanda de este fármaco, no por parte de los pacientes de diabetes, sino por personas que quieren adelgazar, provocó su desabastecimiento en farmacias.
- ¿Tienes un dilema moral?
- Pues sí. Por eso a mi farmacéutica siempre le preguntaba antes de comprárselo si tenía ese día suficientes. Recuerdo que una semana me dijo que tenía pocos, y esa semana no me pinché.
Ricardo Ruiz, dermatólogo estético, señala la importancia de no mirar solo por uno mismo. "Es muy triste que pacientes con diabetes y sobrepeso, que se pueden beneficiar de estos medicamentos antiobesidad, se encuentren con que no los encuentran en la farmacia. Es vital que las indicaciones médicas tengan prioridad sobre las estéticas".
En España se necesita receta médica para acceder al fármaco y cuesta 160 euros la caja. En Estados Unidos se vende en cualquier parafarmacia y tampoco lo puede pagar cualquiera: cuesta 936 dólares. Por eso también se conoce como "la droga de Hollywood". Allí las ventas de cualquier bebida azucarada y snacks han bajado, algo que un estudio de la cadena de supermercados Walmart achaca al consumo de estos fármacos. Aquí nadie se reconoce como cara de Ozempic. La única personalidad pública que lo habló abiertamente fue Jedet, en el podcast del nutricionista Alberto Oliveras donde confesó que había sufrido un TCA. "De repente me he visto pinchándome fármacos para adelgazar... pero luego pensé 'no estoy obesa qué estoy haciendo'".
BELÉN PICORNELL
Actualizado Sábado, 21 octubre 2023 - 16:31
https://www.elmundo.es/loc/famosos/2023/10/20/65324eb4fdddff11928b4575.html