- La divisa helvética está en máximos históricos frente al euro
Tambores de guerra en Oriente Medio, sigue el conflicto en Ucrania, alertas de recesión en Europa, desaceleración de la economía mundial, el BCE y la Reserva Federal disparan los tipos de interés… Todos estos problemas han llevado a los inversores a buscar refugios en los que esconder su dinero mientras amaina la tormenta y, como tantas otras veces, el capital de mundo ha puesto rumbo a Suiza, un país en medio de Europa, pero que parece desconectado de todos los problemas que aquejan. Esta llegada masiva de dinero a la confederación helvética ha provocado que el franco suizo se situe en máximos históricos.
El último mes, esta divisa ha vivido ligeras subidas frente a un euro 'on fire' por las subidas de tipos del BCE. Con un 2% de ascensos frente a su homólogo continental, el franco ya sube un 4,3% desde mínimos del año y un 12% desde su punto más bajo en 2022. Ahora mismo un euro se cambia por 0,95 francos suizos, el punto más bajo de toda su historia en el cruce entre ambas. Respecto al dolar también sube, acumulando un alza del 10% desde mínimos del año.
Esta fortaleza se ha dado en un contexto que, a priori, podría parecer extraño. Durante el mes de septiembre el banco central del país centro-europeo sorprendió al mundo dejando sus tipos en el 1,75%, tras solo cuatro ajustes restrictivos. "No dudaremos en endurecer aún más la política para mantener la inflación por debajo del 2%", explicó su presidente, Thomas Jordan. De hecho, Suiza ha conseguido atar por completo a la inflación, que se mantiene en el 1,7% en el mes de septiembre y lleva por debajo del objetivo desde junio. Pese a haber tumbado la escalada de precios recientemente, el IPC nunca ha llegado a superar el 3,5%.
El motivo detrás de que su moneda puede revalorizarse frente a un dólar y un euro pujantes por los tipos, mientras el 'precio del dinero' del país se mantiene a la baja es claro, su valor como activo refugio, particularmente, cuando hay conflictos internacionales. "El franco suizo se beneficia de la incertidumbre geopolítica" explica David A. Meier, economista del banco helvético Julius Baer. "Desde el estallido de la crisis de Oriente Medio, donde la incertidumbre ha disparado otros activos refugio como el oro, el franco suizo ha seguido esta misma línea".
Uno de los motivos de este 'valor refugio' frente a la guerra es la historia de la confederación. El país tiene estatus de país neutral desde 1815. Desde las guerras napoleónicas el país rechaza de forma completa tomar partido en ningún conflicto más allá de sus fronteras, participar en ninguna alianza. Se toma tan en serio la necesidad de no tomar partido, que su propia constitución estipula que su Gobierno y Parlamento deberán "tomar medidas para garantizar la neutralidad del país". Esta posición casi inamovible hace que su moneda se vea menos afectada por guerras u otros conflictos que puedan implicar sanciones y embargos.
"Las perspectivas inciertas ante la escalada de un conflicto en la frontera norte de Israel con el Líbano han provocado que el franco suizo emerja como la moneda más fuerte del G-10"
En ese sentido, los eventos actuales estarían espoleando a la divisa. Desde ING se muestran también optimistas con su repunte. "Las perspectivas inciertas ante la escalada de un conflicto en la frontera norte de Israel con el Líbano han provocado que el franco suizo emerja como la moneda más fuerte del G-10". Sin embargo, los expertos del banco neerlandés creen que estás subidas no van a continuar de forma muy agresiva, debido a que el Banco Nacional Suizo "solo permitirá una apreciación muy medida de su moneda". Esto se debe a que la institución se encuentra satisfecha con el delicado equilibrio actual en el país en el que han contenido la inflación y prevé un crecimiento del 0,6% para 2023 y del 1,2% para 2024.
Pero no solo se trata de la política de este país. Su valor como refugio también radica en la fortaleza de su economía. El país cuenta con un potente superávit en la cuenta corriente de forma continua, con unos flujos de capital mucho más fuertes hacia él mismo que los que van en dirección contraria. De hecho solo el segundo trimestre de 2023 el país situado en los Alpes logró un superávit de cuenta corriente de 20.000 millones de dólares, según datos de su banco central. Esta diferencia positiva siempre ha sido superior al 5% de su PIB durante 20 de los últimos 23 años. Esto se debe en parte a su gran balanza comercial, con un saldo positivo entre exportaciones en importaciones prácticamente intocable desde los años 2000 y que asegura una potente demanda de francos. De hecho, solo el último mes logró un balance de más de 5.000 millones de euros.
Sin embargo, justamente esa potencia exportadora es un arma de doble filo ante una subida del franco. Por un lado, el propio banco central de Suiza ha explicado en numerosas ocasiones que una moneda fuerte está siendo un "escudo contra la inflación", que ha permitido que, mientras otros países tienen serios problemas, ellos ya la hayan derrotado. "La gran diferencia entre Suiza y el resto de europa en su batalla contra el IPC es precisamente una moneda fuerte y una actividad resiliente", explican desde BNP Paribas.
Suiza tiene claro que debe seguir con una moneda fuerte frente a la inflación
El problema es que un franco fuerte también significa mayores problemas para vender al exterior con sus productos siendo más caros para otros países. Siendo este uno de los ejes troncales de su economía y una de las claves del buen desempeño de su PIB, Suiza se encuentra en este momento en un delicado equilibrio en el que tiene que encontrar un punto justo para protegerse de la inflación mientras mantiene la competitividad. Ante esta disyuntiva, desde Commerzbank tienen claro que aún prima la batalla contra los precios. "Las preocupaciones sobre la inflación persisten y es probable que el banco central siga favoreciendo la fortaleza de su moneda para mantener bajo control estas presiones". Por lo tanto, se da por hecho que su diferencia con el euro seguirá subiendo.
En ese sentido, los expertos creen que el repunte sigue y seguirá no solo por su propio banco central o por la incertidumbre geopolítica, sino por el complicado panorama económico que se presenta para sus vecinos. Desde Julius Baer, "los flujos hacia Suiza se han reforzado por los riesgos sobre el crecimiento que pesan sobre la eurozona", explica el experto.
Mientras que la situación económica de la república helvética permite a sus cantones dar por hecho un panorama sin grandes sobresaltos, la situación difiere mucho a su alrededor. Según los últimos datos de S&P Global sobre los PMI de la UE, la actividad privada de la región espera su mayor contracción en 35 meses. "En la eurozona, las cosas van de mal en peor. El sector manufacturero lleva 16 meses de capa caída", lamenta Cyrus de la Rubia, economista de Hamburg Comercial Bank. Esto con Alemania, la locomotora de Europa, dando por hecha una contracción del 0,4% de su economía. Esta situación pondrá entre la espada y la pared a un BCE que tendrá que elegir entre la lucha contra la inflación o reforzar la economía, una disyuntiva que puede, nuevamente, favorecer el camino de un franco fuerte.