viernes, 19 de enero de 2024

Biden vs Trump: ¿quién le gusta menos a los americanos?



Los tertulianos y los influencers pueden opinar de cualquier cosa y no pasa nada si se equivocan. Pero el inversor tiene que ser muy cuidadoso con la información que maneja.

Además, el inversor no tiene ninguna obligación de ser políticamente correcto. Ni de seguir lo que diga la mayoría. O repetir lo que digan los medios tradicionales. Lo que no puede olvidar es que en los mercados la información es poder. Y que para que lo sea tiene que estar actualizada y ser objetiva.

Viene lo anterior al caso porque estoy escuchando las cosas que se dicen en los medios de comunicación españoles sobre las elecciones en EE.UU. Y me sorprende hasta qué punto manejan información caducada. Y, aunque normalmente el resultado de las elecciones USA no afecta tanto a los mercados, en la situación geopolítica y económica actual sí que lo hará.

Como tengo poco espacio me voy a centrar en una cuestión importante en la que se manifiesta llamativamente el desconocimiento de los medios españoles, que es porqué Trump es mucho más popular que Biden (si les interesa el tema, las elecciones de EEUU van a ser un tema recurrente en mi newsletter, Los cuadernos del mercado).

Muchos periodistas españoles no entienden cómo es posible que a los norteamericanos les guste Trump. Y concluyen que es porque más de la mitad de los norteamericanos no se enteran o no saben lo que hacen.

Antes de seguir, permítanme aclarar que a mí no me atrae especialmente que Donald Trump sea de nuevo presidente de los Estados Unidos. No nos puso nada fáciles las cosas a los asesores financieros. Especialmente cada vez que echaba mano de Twitter. Y tampoco me gusta Joe Biden. Me gusta más alguno de los candidatos alternativos.

Aclarado esto, empiezo por la respuesta: no es tanto que a los norteamericanos les guste Trump, es que cada vez les gusta menos Biden.

Primero, por una cuestión económica. Aquí votamos por ideología, pero en EE.UU. se vota sobre todo con el bolsillo. Con independencia de que Trump no tuviera nada que ver con que la inflación fuera baja durante su mandato, lo que percibe el americano medio es que con Trump no había inflación. Y que los alquileres eran asequibles o que los seguros médicos no estaban por las nubes. Y, aunque ahora la inflación se está moderando, no significa que los precios estén volviendo donde estaban, sino que suben menos. El daño ya está hecho.

También es posible que, aunque diga lo contrario, Trump se hubiera tenido que enfrentar también a Rusia por la invasión de Ucrania - aunque hay que reconocer que es de los pocos presidentes norteamericanos qué no inició ni participó en ninguna guerra -. Pero es Biden quien dedica una enorme cantidad de dinero a una guerra que muchos norteamericanos ven como lejana e innecesaria. Sobre todo, cuando su economía se resiente y ven las alucinantes cifras de gasto militar que implica la guerra de Ucrania. Y como dispara la deuda pública.

Luego están las meteduras de pata. Por ejemplo, después de criticar el muro que estaba construyendo Trump para controlar la inmigración ilegal, ahora Biden ha decidido que esa era la mejor solución. En lo que se daba cuenta, han entrado en el país siete millones de inmigrantes ilegales.

Además, Biden ha apoyado los planteamientos woke del ala más radical del partido demócrata, que puede que funcionen muy bien en California o Nueva York, pero que generan rechazo en gran parte de la población. Incluidos muchos votantes del partido demócrata. Solo hay que escuchar a Bill Maher, uno de los comentaristas más importantes del país y demócrata de toda la vida.

Tampoco ayuda el apoyo a la censura y las políticas de cancelación en un país que presume de libertad de expresión. O que, en un país donde gran parte de la población tiene fuertes convicciones religiosas, los adolescentes puedan cambiar de sexo. O políticas de género que no gustan a muchas feministas.

Y el famoso lawfare. Con independencia de que Trump pueda ser culpable de muchas cosas, son muchos los norteamericanos que piensan que se está utilizando la justicia para quitárselo de en medio. Y eso no gusta en un país que valora mucho la separación de poderes.

Además, está la cuestión de la salud. Hablamos de un cargo de gran responsabilidad que requiere mucha energía y, aunque sólo se llevan cuatro años, es evidente que Trump está mucho más en forma.

Y, para acabar, una cuestión que no es anecdótica y de la que no hablan los medios españoles: que al final podrían no presentarse ninguno de los dos. Uno por salud y otro por problemas legales. De ahí la importancia de ir conociendo a los otros candidatos.