- "Existe el riesgo de que se produzca una espiral descendente en el inmobiliario"
- La deuda total de la economía ha vuelto a marcar un nuevo récord histórico
- Mientras que la población ha caído en más de 2 millones de habitantes
La economía de China se enfrenta a un triple golpe que amenaza con dejar a su economía sin aire. Tras cerrar el 2023 con un crecimiento del PIB del 5,2% (a priori positivo, puesto que el objetivo de Pekín era el 5%), los inversores no han digerido demasiado bien este dato. Los mercados, que suelen cotizar estas situaciones con antelación, han sufrido una intensa caída esta madrugada (hora española) ante el arduo panorama al que se enfrenta el 'gigante asiático' a nivel 'macro'. Pekín tendrá que lidiar con una deuda que no para de crecer, una población en caída libre (lo que incrementa el peso de la deuda por persona) y un sector inmobiliario que ha vuelto a mostrar su 'cara más fea' en las últimas horas. Además, todo ello está aderezado por un riesgo de deflación que, de confirmarse, podría convertirse en el cuarto golpe simultáneo para la economía china. Cabe recordar que la deflación empeoraría el endeudamiento (la deuda real sube) y podría acelerar la crisis inmobiliaria.
China todavía se enfrenta a una ristra de desafíos derivados de las presiones deflacionarias, la crisis inmobiliaria, la demografía y la creciente deuda que está generando pánico entre los inversores, aseguran desde la agencia Bloomberg. Sin duda, la peor parte se la llevó el índice de referencia de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, se ha dejado un 3,7% (ha perdido 581 puntos), hasta caer a mínimos de octubre de 2022. El Kospi surcoreano, por su parte, también ha caído más de un 2%, mientras que la bolsa de Japón (el Nikkei) ha sufrido pérdidas inferiores al 1%. También en Europa, donde el EuroSxtoxx sufre caídas también que superan el 1%.
Especialmente afectados se vieron los valores inmobiliarios como Conutry Garden, que ha perdido más de un 6%, y también los tecnológicos, con las dos mayores compañías del parqué por peso de cotización, los gigantes digitales Tencent y Alibaba, descendiendo alrededor de un 3%.
Inmobiliario y deflación
Los datos publicados este miércoles revelan una situación compleja para la segunda economía más grande del mundo, que alcanzó una meta oficial de crecimiento para el año, pero que no ha logrado deshacerse de varios de los problemas que pesan sobre la demanda interna y la confianza. Una serie de indicadores sobre los precios de las viviendas y el gasto relacionado con los inmuebles han sido decepcionantes, mientras que la deflación sigue amenazando. Un índice de precios clave ha registrado su racha más larga de caídas trimestrales desde el inicio de la crisis financiera asiática en 1999.
"Los datos económicos de China siguen apuntando a un consumo y servicios estables, pero con desafíos aparentemente interminables en el sector inmobiliario", asegura Gary Ng, economista senior de Natixis. "Aunque el panorama macro parece algo resistente, en 2024 es cada vez más una cuestión de vaso medio lleno o medio vacío para los hogares, las empresas y los inversores".
"Los problemas del mercado inmobiliario siguen muy presentes, y no hay señales de que la corrección plurianual del sector esté cerca de tocar fondo. Esto está lastrando la inversión privada y dando buenas razones para mantener contenido el gasto", comenta Harry Murphy Cruise, economista de Moody's Analytics.
Los precios de la vivienda nueva en China han vuelto a retroceder en diciembre un 0,45% intermensual (caída mes a mes), reflejando así el mayor descenso desde 2015, según datos oficiales divulgados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) del país asiático.
De este modo, se trata de la mayor bajada en los precios de la vivienda nueva desde febrero de 2015, según apuntan los analistas de Bloomberg. Esta cifra es una nueva muestra de la crisis que afecta desde hace más de dos años al sector inmobiliario chino, el cual no parece ser capaz de tocar fondo todavía. Desde la crisis financiera de 2007-2008, la economía de China ha basado buena parte de su crecimiento en la inversión inmobiliaria. Esto ha provocado un fuerte aumento del endeudamiento para producir unos bienes que no son exportables (inmuebles). Ahora, con la demografía en contra y la economía perdiendo fuerza, los promotores inmobiliarios no logran colocar sus viviendas al precio esperado, mientras que sí tienen que seguir repagando sus deudas.
"Todavía no hay signos de vida en el sector inmobiliario. Las ventas de vivienda desaceleraron, en parte, debido a los efectos base negativos. La desaceleración probablemente fue impulsada por ciudades de bajo nivel, ya que los datos en 30 ciudades principales, por el contrario, mostraron una pequeña mejora. A pesar de la disminución de la demanda, estas medidas aún no han podido poner un suelo en los precios de la vivienda, donde el ritmo de declive se ha intensificado, especialmente en el mercado secundario. Esto resalta el riesgo de una espiral descendente de la caída de los precios y las ventas más débiles, lo que podría sopesar aún más la confianza del hogar y la financiación de los promotores", aseguran los economistas de Societe Generale en una nota rápida para clientes.
Los economistas de Julius Baer añaden que "el impulso de crecimiento secuencial de la economía china podría estabilizarse a un nivel moderado en el transcurso de 2024, con un crecimiento anual desacelerándose al 4,4% en 2024 a medida que los efectos de la reapertura se desvanezcan, el sector inmobiliario siga siendo un lastre y las políticas gubernamentales se centren en contener riesgos de caída en lugar de proporcionar un importante impulso al crecimiento".
La deuda crece y la demografía cae en picado
El inmobiliario se hunde, mientras que la 'burbuja' de deuda no para de aumentar. El ratio de deuda de la economía china alcanzó un nuevo récord, según datos del banco central y de la oficina de estadísticas recopilados por Bloomberg. El ratio de apalancamiento macro (o deuda total como porcentaje del PIB) subió lentamente hasta el 286,1% en el cuarto trimestre.
El ratio de endeudamiento de los hogares y las empresas no financieras disminuyó levemente, mientras que el sector público experimentó un aumento de 2,3 puntos porcentuales. Otro problema de esta creciente deuda es la caída en picado de la población de China. A medida que se reduce la población, la deuda per cápita (que revela el esfuerzo real de cada miembro de la población para pagar estos pasivos) no para de aumentar.
Dos millones menos de chinos
La demografía en China es un serio problema. La población de China está en caída libre. El número de habitantes de China, el segundo país más poblado del mundo tras la India, se redujo en unos 2,08 millones el año pasado, según datos oficiales publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de la nación asiática.
El dato supone el segundo año consecutivo de contracción, después de que en 2022 la población disminuyese en 850.000 personas, lo que marcó el primer descenso desde 1961, cuando el número de habitantes se contrajo como consecuencia de la fallida política de industrialización del Gran Salto Adelante.
Concretamente, China cerró 2023 con 1.409,67 millones de habitantes, lo que contrasta con los 1.411,75 millones que había en el país a finales del año anterior. La disminución de 2,08 millones de personas supone una caída del 0,14% respecto al año anterior, y confirma la tendencia demográfica negativa que se inició en 2022 y sobre la cual las autoridades chinas ya llevan años advirtiendo.
Para colmo, dentro del conjunto de datos publicados por la agencia estadística nacional, el desempleo ha subido una décima hasta el 5,1%, después de varios meses de descensos y estabilidad. En definitiva, la economía de China se enfrenta a un escenario cada vez más desafiante. Los economistas de Commerzbank lo resumen de la siguiente forma: "Los datos subyacentes sugieren que los desafíos económicos de China siguen siendo significativos, en particular la caída de la vivienda, la limpieza de la deuda de los promotores inmobiliarios y los gobiernos locales, y la débil confianza del sector privado". Años de desequilibrios y crecimiento basado en el endeudamiento están empezando a tener consecuencias.