sábado, 6 de enero de 2024

No es solo el mar Rojo: el cambio climático amenaza al comercio internacional en el canal de Panamá

 



  • El número de buques autorizados a navegar pasado de 36 a 22



Los efectos negativos del cambio climático en la economía son evidentes, como muestra la destrucción de cosechas provocada por los cambios drásticos de temperatura y la falta de agua. Por otro lado, la sequía también está afectando al transporte marítimo internacional, pues el canal de Panamá está experimentando una reducción el flujo de buques, provocada por la sequía del año pasado, lo cual ha generado enormes cuellos de botella. Todo ello se produce en un momento delicado para el transporte marítimo internacional, debido a los ataques de los rebeldes hutíes a los buques que cruzan el Mar Rojo, ruta imprescindible para alcanzar el canal de Suez.

El nivel del agua del canal de Panamá se redujo 1,8 metros por debajo de lo normal en 2023, lo que llevó a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a reducir el número de barcos autorizados a cruzar por el mismo. En agosto del año pasado limitaron el flujo de 36 a 31 barcos diarios, y en noviembre redujeron esa cifra a 24. Actualmente, por este canal -que concentra el 3% del comercio mundial-, transitan 22 buques diarios.

Según un comunicado de la ACP publicado en diciembre, se trataba de "una medida de restricción ante la situación que presenta el lago Gatún, que registra niveles mínimos sin precedentes para este momento del año, debido a la sequía provocada por el Fenómeno de El Niño". El plan, de hecho, era reducir progresivamente el número de barcos hasta los 18 en febrero de 2024, sin embargo, la ACP modificó sus planes y establecerá el límite en los 24 navíos, según dicho comunicado.

Estas medidas han tenido diversas consecuencias en un tráfico naval valorado en 270.000 millones de dólares anuales. Por un lado, algunas firmas navieras, con el objetivo de garantizar el paso de sus buques y eludir lo más rápidamente posible los cuellos de botella, han optado por pagar los permisos, subastados por la ACP, a precios más caros. Concretamente, estas compañías destinaron 235 millones de dólares en 2023, un 20% más que lo pagado en 2022, un gasto que, sin embargo, compensa las pérdidas estimadas (200 millones de dólares) por la ACP derivadas de la reducción de tráfico generada por la sequía en el canal.

Por otro lado, otras compañías navieras han optado por seguir rutas alternativas, más largas y más caras, como la del canal de Suez -bajo el peligro de ser atacado por los rebeldes hutíes de Yemen-, el cabo de Buena Esperanza y el estrecho de Magallanes. Sin embargo, Panamá está buscando diversas soluciones para la sequía, ya que el canal aporta unos ingresos cifrados en 4.300 millones de dólares.

En este sentido, para la estación seca -que dura desde diciembre hasta abril-, una de las opciones es bombear agua del lago Alajuela, un lago artificial que actúa como embalse secundario, hasta el canal. En caso de que las lluvias comiencen en mayo, esta solución sería factible a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo la situación es más complicada. Por ello, ya se está trabajando en una alternativa que consiste en extraer agua del río Indio para verterla en el artificial lago Gatún, embalse principal del canal. Para ello será necesario transportar el agua por una tubería de 8 km de largo, construida a través de una zona montañosa.

El coste de este proyecto ascenderá a los 2.000 millones de dólares, y en él participa el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos. El país norteamericano tiene un interés especial en que la situación del canal de Panamá mejore, ya que esta conexión concentra el 46% del mercado global de contenedores transportados desde el noroeste asiático hasta la costa este de los EEUU. Según las estimaciones, este proyecto permitiría aumentar el tráfico del canal en 11 o 15 navíos más. Sin embargo, la construcción durará seis años, y deberá enfrentarse al rechazo de los habitantes de las zonas cercanas al lago Gatún y que serán anegadas.

Otra de las opciones que barajan las autoridades es la siembra de nubes, sin embargo, este método funciona mejor en climas secos, no en climas tropicales como el de Panamá. En cualquier caso, el país centroamericano quiere resolver un problema que amenaza con su principal fuente de ingresos y pone en riesgo una ruta clave del transporte marítimo internacional. Panamá, que construyó nuevas esclusas hace unos años, no acertó en calcular el número de reservas de agua destinadas para las mismas. Ello, junto con la sequía de 2023, ha puesto en riesgo una ruta en un momento en el que los ataques hutíes amenazan otra ruta clave: el canal de Suez.


Madridicon-related