La fabricación de una de las baterías de Northvolt.
(Northvolt)
Sus creadores afirman que la nueva batería de iones de sodio no lleva litio y es más barata y más sostenible. Además, no depende de materias primas escasas controladas por Pekín
El principal fabricante europeo de baterías, la empresa sueca Northvolt, afirma haber desarrollado una batería de sodio más barata y sostenible que las de iones de litio que no utiliza metales escasos y que podría reducir nuestra dependencia de las materias primas controladas por China.
En un mundo globalizado donde los materiales que se usan para la fabricación industrial pueden venir de cualquier rincón del mundo, la dependencia de otros países y sus cadenas de suministros son un grave problema. La pandemia nos recordó que cualquier interrupción de esas redes globales pueden parar en seco una industria y China domina las cadenas de suministros de minerales como el litio, fundamentales para la fabricación de baterías y claves en un mundo cada vez más electrizado.
Según los expertos, el dominio de Pekín sobre estos materiales puede durar décadas y la mejor manera de evitarlo —como contamos en el episodio Viaje a Ninguna Parte de nuestra miniserie documental Control Z— es crear nuevas formas de almacenamiento que usen materiales baratos y fácilmente accesibles. La “revolucionaria” batería de iones de sodio que ha anunciado Northvolt esta semana va por ese camino.
La compañía asegura que su nueva batería alcanza una densidad energética similar a las de litio que se utilizan habitualmente en los sistemas de almacenamiento de energía a gran escala. De hecho, la principal salida de su primera generación de baterías de sodio será esa: crear sistemas que permitan almacenar grandes cantidades de energía procedentes de fuentes como la solar o la eólica. Sin embargo, Northvolt no se quiere quedar ahí y espera aumentar la densidad energética de sus baterías en futuras generaciones para que puedan usarse también en el transporte eléctrico.
La empresa sueca, fundada en 2015 por dos antiguos ejecutivos de Tesla, es la principal esperanza europea para plantar cara al dominio chino en el sector de las baterías y cuenta con el apoyo económico de gigantes como Volkswagen, BlackRock y Goldman Sachs.
Sodio vs. litio
Las baterías de iones de sodio llevan tiempo considerándose como una alternativa más barata y segura frente a las de litio ya que funcionan mejor tanto a temperaturas muy altas como muy bajas. El problema es que su densidad energética —la cantidad de energía que pueden producir en relación con su tamaño— ha sido históricamente mucho menor, lo que las ha hecho poco atractivas para su uso comercial.
Sin embargo, la nueva batería de sodio de Northvolt ya está cambiando esto. Su actual modelo, dice la compañía, tiene una densidad energética de 160 vatios hora por kilogramo, muy cerca de los 180 Wh por kilogramo que tienen los grandes sistemas de almacenamiento de energía basados en litio.
Estas cifras todavía están lejos de los 250 a 300 Wh por kilogramo que tienen las baterías de los coches eléctricos, aunque la empresa sueca confía en ir aumentando la densidad energética de su sistema en el futuro.
"El uso de la tecnología de iones de sodio no es nuevo, pero creemos que es el primer producto totalmente libre de materias primas críticas. Es un avance fundamental", afirma Patrik Andreasson, vicepresidente de Estrategia y Sostenibilidad de Northvolt. "Esto proporciona una opción que no depende de ciertas partes del mundo, incluida China".
Cómo funciona
La nueva batería no usa litio, níquel, cobalto ni grafito, sino que se produce con minerales como el hierro y el sodio que abundan en los mercados de todo el mundo. Northvolt asegura que su batería de sodio está formada por un ánodo de carbono duro y un cátodo de blanco de Prusia, un material también denominado blanco de Berlín que está compuesto por sodio, hierro, carbono y nitrógeno.
Esta arquitectura, dice la compañía, hace que sus baterías sean un 25% más baratas que las baterías de litio que suelen utilizarse para almacenar energía (y que a su vez son más baratas que las de los coches eléctricos). La sustitución del grafito por carbono duro, aseguran, reduce su huella de carbono y le permite aguantar hasta tres veces más temperatura que las baterías de litio.
"La combinación de capacidad térmica, coste y sostenibilidad nos hace ser muy optimistas sobre las posibilidades de esta tecnología. Se trata de una gran oportunidad para zonas como Oriente Medio, África e India", asegura Peter Carlsson, consejero delegado y cofundador de Northvolt.
Además, la tecnología puede producirse con materiales de origen local, lo que abre la puerta a desarrollar una industria europea de fabricación de baterías robusta y totalmente independiente de las cadenas de valor actuales.
"El mundo ha puesto grandes esperanzas en el sistema de iones de sodio y me complace decir que hemos desarrollado una tecnología que permitirá su implantación generalizada para acelerar la transición energética”, dice Carlsson. “Es un hito importante para la propuesta de mercado de Northvolt, pero una tecnología de baterías como ésta también es crucial para alcanzar los objetivos globales de sostenibilidad, haciendo que la electrificación sea más rentable, sostenible y accesible en todo el mundo."
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