viernes, 26 de enero de 2024

Rusia se mete en una ratonera: la falta de trabajadores ya amenaza al ejército de Putin

 



  • La guerra y la demografía empiezan a afectar a la economía de Rusia 
  • Moscú prevé traer alrededor de 10.000 kenianos como mano de obra urgentemente


La invasión de Rusia a Ucrania está metiendo a la economía rusa en un callejón sin salida. Moscú no puede seguir destinando buena parte de sus recursos económicos y humanos a mantener una costosa guerra si quiere mantener el crecimiento económico del que todavía disfruta el país. La guerra está intensificando rápidamente el creciente déficit de trabajadores. El resultado es, hasta la fecha, unos salarios disparados que amenazan con cronificar la inflación en un país cuya economía es relativamente débil.

Las empresas no logran encontrar mano de obra suficiente ante la cantidad de hombres que han marchado al frente para combatir en la guerra de Ucrania, los que huyeron en un principio para evitar ir a la guerra y los que se dedican a construir armas y otros trabajos relacionados con las necesidades que genera una guerra en el exterior. Rusia se está metiendo en una auténtica ratonera.

Desde las refinerías de metales hasta los elegantes restaurantes de Moscú están viéndose obligados a disparar sus salarios, lo que amenaza la capacidad del Kremlin para reponer las fuerzas armadas, aseguran desde la agencia Bloomberg. La escasez de empleados ha hecho subir los salarios a un ritmo de dos dígitos y ha provocado que ir al ejército, una decisión que otrora fue relativamente lucrativa, sea hoy mucho menos atractiva, pese a que el Kremlin ha subido un 10,5% en el salario mensual para luchar en la guerra.

Esta es una historia que viene de lejos, más bien desde que comenzó la guerra. A finales del año pasado se desveló que a Rusia le faltaban alrededor de 4,8 millones de trabajadores (otros centros de investigación hablan de entre 2 y 3 millones), además se advirtió de que el problema seguirá siendo grave en 2024, según publicó Reuters con información del periódico Izvestia, citando a varios expertos e investigaciones del Instituto de Economía de la Academia Rusa de Ciencias.

La gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiullina, también ha advertido recientemente que la agotada fuerza laboral de Rusia está causando una aguda escasez de mano de obra y amenazando el crecimiento económico a medida que Moscú inyecta recursos fiscales y físicos en su maquinaria bélica. El ejército está acumulando buena parte de los recursos del país y como dicen los economistas, esto es una muy mala asignación de unos recursos que son muy escasos.

Rusia podría cavar su propia tumba

Moscú podría estar cavando su propia tumba. La demografía del país ya no era favorable. Rusia lleva años perdiendo población y parte de su fuerza laboral ha emigrado a otros países en busca de una mejor vida. Ahora, si esos recursos (ese capital humano) se emplean para producir armas y apoyar al ejército o para ir al frente, la economía de Rusia podría enfrentarse a graves problemas en el medio y largo plazo, pese al rebote coyuntural que está viviendo hoy la economía.

Cuando el Kremlin hizo el llamado a filas en 2022, las empresas perdieron empleados a favor del ejército y las fábricas de material de defensa, que ofrecían salarios mucho más altos que incluso las fábricas civiles más generosas. Después, los salarios del sector privado comenzaron a aumentar (dentro de esa vorágine por retener a los empleados) y muchas empresas recuperaron parte del personal que había perdido.

Una espiral precios-salarios

Ahora hay gran competencia dentro de los sectores civiles. Las instalaciones industriales luchan por trabajadores, ya que las vacantes para repartidores y guardias de seguridad ofrecen salarios altos que coinciden con los de las fábricas, pero con muchas menos responsabilidades laborales. El resultado es que la escasez de mano de obra actual no se parece a ninguna vista antes, afirmó.

La economía rusa necesita millones de trabajadores, según muestran los datos del Servicio Federal de Estadísticas publicados a finales de diciembre. Al mismo tiempo, el desempleo en Rusia ha caído a un mínimo histórico del 2,9%. "La estrategia de Rusia de reclutar voluntarios para las fuerzas armadas con enormes bonificaciones de inscripción y grandes salarios probablemente fue diseñada para un conflicto breve. A medida que la guerra se prolonga, la escasez de mano de obra y el bajo desempleo han significado que los empleadores privados tengan pocas opciones más que igualar lo que ofrece el ejército", analiza Alex Isakov, de Bloomberg Economics.

"A medida que los salarios del mercado alcancen a los salarios militares, Rusia se verá presionada a elegir entre destinar una porción aún mayor de su gasto público al ejército, aceptar una caída en los flujos de voluntarios o inclinarse más hacia una movilización selectiva", sentencia este experto.

La decisión de Putin de llamar a filas a 300.000 reservistas desencadenó un éxodo de cientos de miles de rusos deseosos de evitar la guerra. Muchos eran jóvenes profesionales, cuya marcha exacerbó aún más las tensiones en el mercado laboral. En 2023, unas 490.000 personas servían en el ejército bajo contrato, según el ministro de Defensa, Sergei Shoigu. El ejército recibe más de 1.500 solicitudes de ingreso en el servicio cada semana, dijo. El Kremlin sigue confiando sobre todo en los voluntarios para luchar en la guerra de Ucrania, a los que ofrece 210.000 rublos mensuales.

La pesadilla demográfica de Rusia

"Un repunte de la emigración precedió a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, pero el esfuerzo de movilización bélica en 2022 aceleró la tendencia de los jóvenes y las personas con estudios a marcharse en busca de oportunidades en el extranjero. A medida que Rusia movilizaba su esfuerzo bélico, la emigración ha alcanzado máximos históricos; alrededor de 668.000 personas abandonaron Rusia en 2022, un aumento del 71% respecto a la media de los cinco años anteriores. A largo plazo, esta pérdida permanente de capital humano debilitará aún más el potencial de crecimiento de Rusia. El Gobierno ruso es plenamente consciente de ello y ofrece hipotecas subvencionadas para que los trabajadores cualificados se queden", pone en contexto una entrada al blog del Departamento del Tesoro de EEUU escrita por Rachel Lyngaas, economista jefe de Sanciones.

Hay algunas proyecciones que sostienen que Rusia podría perder casi 10 millones de habitantes en los diez próximos años, lo que llevaría a que la población del país cayese de los 147 millones de a los 138 millones de habitantes para 2045. Vladimir Putin quiere reconstruir un imperio sumando kilómetros cuadrados a su territorio, pero no va a tener población para explotarlo ni para conservarlo.

La escasez de mano de obra se ha convertido en un quebradero de cabeza para el banco central, que el año pasado duplicó el tipo de interés oficial en parte por la inflación derivada del aumento de los salarios. Mientras tanto, la escasez de trabajadores está actuando como un límite al crecimiento potencial de la economía rusa. Además de la dificultad para cubrir puestos, los salarios están mermando los beneficios de las empresas. Además de los salarios, los fabricantes ofrecen ahora beneficios adicionales para atraer y retener a los empleados. Según Superjob, la nueva realidad del mercado laboral ruso es que el 85% de las empresas experimentan escasez de personal y el 93% no se atreven a reducir plantilla. Mientras, el número de ofertas de empleo se multiplicó por 1,5 en 2023.

Esta acuciante coyuntura ha obligado a Rusia a buscar trabajadores en el extranjero. Unas 10.000 personas llegarán de Kenia después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, visitara Nairobi en mayo por primera vez en 13 años, según informó el servicio estatal de noticias Tass. Las autoridades de una región siberiana cuentan con Corea del Norte como fuente de trabajadores para sus obras, en las que faltan miles de albañiles, mientras que el jefe de la Asociación Nacional de Promotores Anton Glushkov quiere atraer el "exceso" de mano de obra de Cuba. Otras empresas buscan mano de obra en fuentes nacionales menos convencionales. A finales del año pasado, el director general adjunto de Russian Railways, Dmitry Shakhanov, declaró que la empresa tiene previsto contratar a condenados a trabajos forzados y ya ha iniciado negociaciones con el Servicio Penitenciario Federal.

"La guerra y las sanciones multilaterales asociadas están sometiendo a la economía rusa a considerables tensiones económicas, contribuyendo al rápido crecimiento de los gastos, la depreciación del rublo, el aumento de la inflación y la rigidez del mercado laboral, reflejo de la pérdida de trabajadores. Estados Unidos y sus socios han atacado los principales motores de ingresos de Rusia y su acceso a material de defensa, infligiendo un daño asimétrico y minimizando al mismo tiempo los efectos indirectos no deseados. Aunque Rusia dispone de recursos para mantener su guerra a corto plazo, sus dirigentes se enfrentan a compromisos cada vez más dolorosos que sacrificarán las perspectivas a largo plazo, ya que la falta de inversión, el lento crecimiento de la productividad y la escasez de mano de obra no harán sino agravarse", aventura Lyngaas desde el Tesoro de EEUU.