La ciudad contará con grandes paneles solares montados en postes verticales para garantizar el máximo aprovechamiento de la energía del sol para producir electricidad. Al estar situada en el cráter Shackleton, en el polo sur de la luna, esta es la mejor manera de que los rayos de luz impacten las células perpendicularmente y la conversión sea óptima. Según la NASA y la ESA, este cráter tiene grandes posibilidades de albergar grandes cantidades de agua congelada, necesaria para la supervivencia del emplazamiento.
La arquitectura del sistema está pensada para que sea escalable. Según la memoria del proyecto, "el sistema de hábitat escalable de Hassell considera mecanismos de enclavamiento innovadores que permiten una mayor flexibilidad al construir, de modo que la energía encarnada contenida en los hexápodos se pueda reconfigurar para reflejar el tamaño de los futuros asentamientos, proporcionando una solución flexible y sostenible", dijo el estudio.
De Kestelier afirma que la idea es mandar componentes extremadamente ligeros y usar el entorno lunar para la construcción con robots: "Enviar cualquier cosa a la luna siempre será costoso, por lo que decidimos crear los hábitats a partir de módulos inflables que fueran ligeros y compactos".
La pequeña ciudad lunar está diseñada para albergar a 144 personas, con espacios residenciales y zonas comunes que incluirán los restaurantes. El espacio que abre este artículo —que como el resto de fotos está renderizado por Imigo— parece más un bar de coctelería de moda que una base espacial. También habrá espacio para juegos y grandes invernaderos en los que hacer crecer vegetales frescos para su consumo.
Sobre todo, sin embargo, lo importante del diseño de Hassell es vivir bien en un entorno agradable que contrasta radicalmente con las propuestas de los americanos y los chinos. Por lo menos sobre el papel, que lo aguanta todo.
Pero, como apunta De Kestelier, "tenemos que empezar a planificar cómo las comunidades más grandes no solo pueden sobrevivir, sino también prosperar y vivir en la luna". En otras palabras: no irnos ahí en plan colonos del siglo XV y pensar que tenemos la posibilidad de montar un entorno en el que vivir bien para afrontar los retos del extremo entorno lunar.