En los últimos años, muchas ciudades en el mundo han implementado prohibiciones sobre el uso de bolsas de plástico gratuitas de un solo uso en un intento por reducir la contaminación ambiental y la huella de carbono. Sin embargo, un estudio publicado en el Journal of Marketing Research, coescrito por el profesor de marketing de la UC Riverside, Hai Che, revela que estas políticas pueden tener "efectos colaterales inesperados", incluso después de su derogación. El análisis de la investigación se centró en las normativas de comercio de las ciudades estadounidenses de Austin y Dallas donde las restricciones fueron posteriormente levantadas.
Los autores del estudio encontraron que, tras la prohibición de las bolsas gratuitas, las ventas de bolsas de plástico de un solo uso aumentaron significativamente. "Esperábamos que la conciencia ambiental aumentara y que la gente comprara menos plástico", afirma Che. Los datos, sin embargo, mostraron que, en lugar de reducir el consumo, los clientes adquirieron más bolsas de plástico, muchas de las cuales se utilizaban como desechables para la basura del hogar.
Comportamientos "positivos" pese a los datos
Pese a este efecto colateral "inesperado", el estudio también sugiere que las políticas de restricción promovieron "comportamientos positivos", como el uso de bolsas reutilizables. Aunque los investigadores no contaron con datos específicos sobre este aspecto, Che considera en el informe que es un "cambio de comportamiento significativo" que podría haber surgido de la prohibición inicial.
En el desglose de los datos, el análisis del estudio muestra que cuanto más tiempo se aplicaron estas políticas, más se consolidaron las conductas que promovían. Por ejemplo, tras la derogación de la tarifa de 5 centavos de dólar en Dallas, las ventas de bolsas de plástico se estabilizaron en niveles previos a la prohibición después de 13 meses. En Austin, la situación fue similar, y el efecto de las normas se mantuvo un 38,6% por encima de los niveles anteriores a la política al final del período de análisis.
El impacto ambiental neto: "punto de equilibrio"
Para efecto de conocer el impacto ambiental neto, los investigadores realizaron un "análisis del punto de equilibrio". Este análisis reveló que, para que el uso de bolsas de supermercado de un solo uso se mantuviera en niveles sostenibles, los consumidores tendrían que reducir su uso en una bolsa cada siete viajes en Dallas y cada cinco en Austin. Esto sugiere que, a pesar de los efectos negativos, las políticas podrían seguir teniendo un impacto positivo en el medio ambiente.
Che subraya en el documento que incluso una ligera reducción en el uso de bolsas de supermercado podría compensar el aumento en la compra de bolsas de plástico para la basura. Esto indica que las políticas ambientales pueden seguir beneficiando a la naturaleza incluso después de ser derogadas, aunque con cierta cautela respecto a sus efectos secundarios.
En España, por ejemplo, la prohibición de bolsas de plástico gratuitas se ha implementado de manera gradual, con el objetivo de fomentar el uso de alternativas más sostenibles. Desde 2018, los consumidores empezaron a pagar por cada bolsa, y ya en 2021, estas bolsas fueron completamente prohibidas, salvo las compostables.
El documento plantea valiosas lecciones para los responsables de políticas y empresas. En un contexto global donde la lucha contra la contaminación es cada vez más urgente.
Las otras prohibiciones con efectos contrarios
El estudio, titulado "¿Estamos en peor situación después de la derogación de políticas? Evidencias de dos políticas verdes", no solo se limita a las bolsas de plástico. Los autores sugieren que los efectos indirectos también se han observado en políticas relacionadas con bebidas azucaradas y eficiencia energética, donde los comportamientos de los consumidores pueden contrarrestar los objetivos principales de las normativas.